jueves, 26 de junio de 2008

El papel del Espectador

A partir de haber visto un par de "short films", pertenecientes al proyecto fílmico “A cada uno su cine” (Chacun son cinéma), me pareció interesante reflexionar un poco acerca del papel del espectador. Jacques Aumont nos habla del reconocimiento, del re-conocimiento, que se apoya en la memoria, “la constancia perceptiva es la comparación incesante que hacemos entre lo que vemos y lo que ya hemos visto”.
En el corto “Diario de un espectador”, dirigido por el italiano Nanni Moretti, él hace un monólogo que habla del papel fundamental que cumplió el cine en su vida, sus recuerdos pegados a los del cine. Mientras miraba el corto de este director, yo también recordaba momentos de mi vida enlazados al cine…siendo una niña, la espera para entrar al Gran Rex a ver una peli de Dysney en las vacaciones de invierno, las veces en que he ido sola a ver alguna película no convencional, cuando mi papá me acompaño a ver “Sin City” (nadie más se dignó…y en esa época todavía no la conocía a Vane jaja), y el pobre se durmió a los 10 minutos…no sé porqué porque es una obra maestra, o renegar constantemente con la gente que va al cine a hablar con el de al lado, comer nachos olorosos, pochocho ruidoso, alguna que otra hamburguesa o pancho, los que usan las butacas de cama, los que van con bebés llorones, el viejo malaonda (y reconozco que yo me he puesto así últimamente), los adolescentes insoportables…en fin, un grupillo de gente que en el último tiempo he puesto en la lista negra de los insoportables de siempre, razón por la cual dejé de asistir los fines de semanas.
No pude dejar de reconocer en ese corto mi propia experiencia de espectadora, aunque es obvio que de los trabajos que ví, el que más me identificó como partícipe de la sala fue el de Lars Von Traer “Ocupaciones”, ese martillo me hubiese sido tan útil tantas veces!!! (El protagonista es el mismo director, quien en una premiere en Cannes debe soportar a un tipo que le habla todo el tiempo, hasta que saca un martillo y le rompe la cabeza).
Por eso, y siguiendo a Aumount, “somos capaces no sólo de reconocer, sino de identificar los objetos. (…) La imagen transmite de forma necesariamente codificada, un cierto saber sobre lo real”. Cuando uno ve cualquier película italiana, desde “Los Inútiles” hasta “Cinema Paradiso”, por más que no haya pertenecido a esa cultura y esa época, no puede dejar de sentirse identificado, o quizás, de recordar lo que algún mayor alguna vez contó sobre sus experiencias en la sala de cine, no sólo como espectador, como es el caso de mi papá cuando vivía en Italia, sino de proyector, trabajo que realizó en la década del 60 (tenía unos 18 años) en el cine de Jáuregui (Partido de Luján- Prov. De Bs. As). Asimismo, el cine italiano siempre me hace sentir algo especial que bordea la emoción. Para mí, el cine Fellinesco está compuesto por una infinidad de “imágenes-signo”, aún cualquier imagen puede representar más de un significado, pero en las obras de Federico, experimento una rápida asociación con muchos recuerdos e imágenes que he tratado de crear en mi mente desde mi infancia a partir de cosas que incansablemente me han contado. Esa italianidad que uno lleva acoplada desde siempre, la música, la comida, las frases, las relaciones familiares…todo cuanto se ve plasmado en los propios films. Por eso comenté en “¿Qué es el cine?” que cada vez que veo “El Padrino II”, la escena en la cual Vito llega en el barco a la Isla de Ellis en Nueva York, es imposible no llorar. Me imagino a mis propios abuelos y mi padre, llegando en barco, todos amontonados y sabiendo bien de donde venían…pero no adonde llegaban.
En todas estas obras de arte se aprecian claramente las funciones de la imagen, los modos simbólicos, epistémicos -“la imagen aporta informaciones visuales sobre el mundo cuyo conocimiento permite así abordar incluso algunos de sus aspectos no visuales”- y estético. En cuanto a éste último modo, por supuesto que “la imagen está destinada a complacer a su espectador, a proporcionarle sensaciones específicas”. En un film como “Amarcord”, la imagen además está destinada a llevar al espectador por un camino onírico, de esas emociones que sólo se experimentan en los sueños, con casi la misma paleta de colores que apreciamos en ellos.

Con respecto a estos ejemplos, se puede citar a Gombrich y su “beholder’s share”, que designan “el conjunto de los actos perceptivos y psíquicos con los cuales el espectador, al percibirla y comprenderla, hace existir la imagen”. Jamás hay imágenes inocentes, “en nuestra aprehensión de las imágenes, establecemos anticipaciones añadiendo ideas estereotipadas a nuestras percepciones”. Siempre intervendrá un saber previo en el espectador, y esto no se da sólo en el cine, también en otras artes, y aún en la vida misma. Al visitar Italia, fue imposible no relacionar todo lo que veía, imposible no darle más de un significado, el olor de la lasaña que se sentía en algunas calles de Assisi, los mini viñedos en los patios o frentes de las casas camino a Ancona, la gente gritándose por los rincones de Roma, los fideos gigantes que encontré en un pequeño local de Pietrelchina, los quesos, los vinos, el mozo de un restorán insistiéndome en que comiera más fideos dicíendome "mangia che ti fa bene!!!!", claro que representaban muchas cosas…era mi propia familia.
“En el fondo, el espectador puede llegar, en cierta medida, hasta “inventar” total o parcialmente el cuadro (…) La imagen es, pues, tanto desde el punto de vista de su autor como de su espectador, un fenómeno ligado también a la imaginación”. Confrontamos la realidad de la imagen con nuestros esquemas perceptivos, recuerdos, memorias, imaginación, sueños, todos confluyen en la percepción, y posterior codificación de la imagen. Por eso es que Gombrich dice que el papel del espectador es un “papel extremadamente activo”, “construcción visual del reconocimiento, activación de los esquemas de rememoración y ensamblaje de uno y otra con vistas a la construcción de una visión coherente del conjunto de la imagen”. El espectador es efectivamente quien hace la imagen.
Creo que, si el cine no funcionara de esta manera, activándonos internamente, ya hubiera desaparecido hace rato. Como decía Fellini: "Cuento las cosas con imágenes, así que tengo que atravesar por fuerza esos corredores llamados subjetividad”.

GGss

martes, 24 de junio de 2008

Proyecto: Cine + Devenir

"Sunset Boulevard"
Billy Wilder
1950


“El ocaso de una vida”, (títulada así para América Latina), es uno de los clásicos del director austríaco Billy Wilder. Es, en el fondo, otra historia sobre misterios sin resolver de Hollywood, ese mundo en el cual la avaricia, la soberbia y la obsesión por los lujos y la belleza eterna, son moneda corriente.
Un guionista venido a menos, Joe Gillis (William Holden), escapando de los sabuesos del seguro que le reclaman el pago de la deuda de su auto, se topa con una inmensa mansión en Sunset Boulevard. El lugar en cuestión (muy similar al palacio de Charles Foster Kane en "El ciudadano") sufre un estado decrépito y abandonado, al punto de que el protagonista lo compara con la casa de “Grandes esperanzas” (1946). Una vez llegado al lugar, la vida de Joe ya no volverá a ser la misma. Norma Desmond (Gloria Swanson), quien en algún momento fuera una estrella del cine mudo, se enamora enfermizamente de él, queriendo poseerlo, hasta asfixiarlo. Joe ya no podrá escapar, ni del control de Norma, ni de vigilancia de Max (Erich von Stroheim)
, el enigmático chofer y sirviente fiel. Cuando el joven escritor se dé cuenta de cúal es su verdadero camino, ya será demasiado tarde.
Uno de los clásicos del cine negro de todos los tiempos, Sunset Boulevar cumple al pie de la letra dos frases que Wilder dijo alguna vez: "He hecho películas que a mí me hubiera gustado ver. Y yo sólo quiero ver películas que me entretengan" y "Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha estacionado mal el auto, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el cine ha alcanzado su objetivo". Esta "masterpiece", logra, no sólo que uno se entretenga, sino que deje lo cotidiano afuera.
La película es una clara referencia al desvanecimiento y caída en picada del cine mudo después de la llegada del sonido. Esto se ve reflejado en la frase de Norma Desmond: “No necesitamos diálogo. Tenemos rostros”. Pero también, es una crítica sobre el naciente cine de estudios hollywoodeano (y su consecuencia más insoportable, el “star system”), que en la época de posguerra en que se filmó el film estaba en pleno apogeo. Según Kim Newman, "Sunset Boulevard es una película dura y cínica, que termina mostrando una cultura de los medios de comunicación y su horrible explotación del delito, medio siglo después".
Abundan en el film las frases sublimemente irónicas, además de un sinfín de homenajes al cine de comienzos de siglo XX, incluyendo también muchas participaciones y perlitas.
Actores como Buster Keaton, Hedda Hopper y H. B. Warner tienen sus cameos, participando de ellos mismos como amigos de Norma Desmond. También participa el director Cecil DeMille, y Erich von Stroheim
como el chofer y amo de llaves de la Sra. Desmond. El mismo Von Stroheim fue director de un clásico del cine mudo como “Greed”, y de la inacabada “Queen Kelly”, protagonizada por la misma Swanson, que aparece en una escena del film. Hasta el tango tiene su espacio, y la protagonista hace cambiar el piso para poder bailarlo.
Hay escenas que ya hoy en día han pasado a la posteridad, como la del cadaver flotando en la piscina, que Wilder logra colocando espejos en el fondo de la misma, y la escena final, en que Norma Desmond, ya presa de la locura, baja las escaleras pensando que realmente va actuar para Cecil DeMille, y le dice: "All right, Mr. DeMille, I'm ready for my close-up".
¿Qué más puedo agregar?
Que vean esta obra de arte, que es “LA” película del genio (y acá voy a parafrasear al Profe Mayol, que a la vez parafrasea a Trueba) Billy “Dios” Wilder. Semejante apodo tiene que tener una razón de ser…descúbranlo solos!!!
Yo no sé porqué esperé hasta ahora…

GGss

viernes, 20 de junio de 2008

¿Qué es el cine?

Debido a una falta de oxigenación en mi mente (producto de un TP por venir) me estoy viendo imposibilitada de postear "posta" sobre algún texto de Manovich, pero como ya se me hizo una "sana costumbre", no pude dejar de publicar algo...es que esto ya se convirtió en algo tan necesario como respirar...
Así que por el momento, sepan entender que mi cerebro sólo fue para una dirección: la del 7mo arte.
Antes de comenzar quería sugerir que en caso de duda, consulten con mi socia Vane, ella también podrá aportar bastante a la causa (y en secreto les digo que es archi-hiper-super-fan del cine mudo, con "Juana de Arco" a la cabeza).
Aquí un esbozo sobre lo que para mí es el cine:
Después de haber escuchado el otro día la pregunta “¿Qué es el cine?”, estuve varios días tratando de pensar cuál sería la palabra más adecuada para describirlo, sólo para darme cuenta de que no se lo puede describir de una sola.
No hay manera de describir la sensación que produjo en mí la película “Blow-Up” de Michelangelo Antonioni: ese parque londinense, tan verde, tan desolado, y Thomas, ese personaje un tanto distante y parco, pero imposible de olvidar y no llegar a adorar. O cómo cambió mi sábado a la tarde después de haberme sentado esos 110 minutos memorables a ver “Taxi driver”, Are you talking to me? ¡Como amé a Travis Bickle! O ese “I'll be back" y "Hasta la vista baby” de un Schwarzenegger con nada de gracia pero responsable de que en mi niñez me empiecen a interesar los filmes de acción (reconozco que debo haber visto “Terminator II” unas veinte veces), fue el comienzo de un romance. Después vendrían la saga de “Indiana Jones”, “Duro de matar”, las de James Bond (herencia paterna), y más tarde los thrillers, mi gran pasión…
Y qué decir de esas infinitas lágrimas después de ver “Mi vida sin mí”, “Hable con ella”, “Titanic”, “Diario de una pasión”, “V de venganza”, “Elsa y Fred” y todas las películas neorrealistas italianas que ví hasta el momento.
Y esa inmensa ternura que produjo en mí Vito Corleone… será porque tengo 100% cepa italiana. “El Padrino”, sobretodo la 1ra y 2da parte, me hicieron vivir un sinfín de emociones encontradísimas (sí, acá también lloré…es que mis abuelos y mi papá vinieron también en un barco lleno de inmigrantes como el pequeño Vito), y esas naranjas coppolianas que anuncian la muerte, una adorable marca registrada.
El cine es muchas cosas: una pasión, se siente así por momentos, una alegría para el alma, un remedio para los días no tan buenos, una excusa para compartir algo con alguien o con uno mismo…es casi un vicio, es algo amorfo, imposible de palpar pero generador de tantas sensaciones juntas, mezcladas.
A mí criterio es la mejor creación del siglo XX (porque si bien todo comenzó en el siglo anterior de la mano de los Lumière, su consolidación definitiva llegaría años más tarde).
El cine es todo eso: una manera de mostrar, de enseñar, de sugerir, una forma de entretener, de transmitir un mensaje, de enseñar a pensar, de mostrar cosas de diferentes formas, desde diferentes ángulos o puntos de vista. El cine es muchas formas distintas de ver la vida, de vivirla, el cine nos enseñó a soñar, nos mostró que el camino de los sueños estaba más cerca de lo que pensábamos, como en “Amélie”.
El cine es siempre un placer, sea visto en una pantalla gigantísima, en la tele, en la pantalla de la computadora, sea en formato vhs, dvd, bajado de manera ilegal (porque al fin y al cabo se termina adaptando a los usos y costumbres de cada sociedad. Como dice Manovich: "Las formas culturales actuales, conllevan sus propias y potentes convenciones a la hora de organizar la información").
El cine es magia pura, es creación, es demasiadas cosas.
Y es verdad que estupidiza, como dijo el profe De la Torre, pero es una estupidización que, como decía Spinoza, afecta positivamente!!!
Quizás como una manera más tangible de describirlo se me ocurren estas palabras: Hitchcock-Woody-Scorsese-Fellini-Bergman-Almodovar-Wilder-Cronenberg-Lynch-Kubrick-Chaplin, y éste es sólo el comienzo…

GGss

sábado, 14 de junio de 2008

VANE es integrada...YO apocalíptica

Este posteo surge de charlas rizomáticas que tenemos con mi amiga Vane a diario, ya sea face to face, por teléfono, chat o mensaje sms (como ella dice, “si no nos mandamos mensajes cada 108 minutos, el mundo va a explotar"…como en “LOST”). La cuestión es que nunca nos ponemos de acuerdo (cosa que me encanta) sobre la función y fin de las nuevas tecnologías.
Umberto Eco plantea una doble postura ante la cultura de masas: la de los apocalípticos, que ven en ella la «anticultura», el signo de una caída irrecuperable, y la de los integrados, que creen optimistamente que estamos viviendo una magnífica generalización del marco cultural. Esto me pareció el marco justo para reflexionar un poco sobre esta pelea, en la que cada round plantea un disparador distinto, muchas veces, el propio posteo.
Vane está siempre al tanto de todo lo nuevo que llega a nuestras vidas, es fan de las excentricidades tecnológicas (aunque esto no la convierte en una tecnosexual, Dios no lo quiera), le gusta curiosear, se da maña para hacer funcionar todo lo que llega a sus manos, y puede estar horas delante de la Señora PC para entender cómo funciona un programa.
Yo en cambio quisiera haber nacido unos años antes….bueno, bastantes años antes, para no vivir en la selva tecnológica de hoy. Si, reconozco que nos da más de lo que nos saca, nos trae el mundo, nos presenta el infinito, el universo, nos da la posibilidad de crear, de elegir, de opinar, de personalizar a gusto e piecere, nos da la inmediatez, la rapidez (algo que, una persona que es la encarnación de la impaciencia, como yo, llega a adorar). La tecnología extendió nuestro sistema nervioso, como decía el gran McLuhan, eso está a la vista. Pero aún así, hubiese querido nacer en una época de la historia en la que mi cuerpo hubiese estado menos prolongado. A menudo la gente me dice que soy una viejita de 80 encubierta, debido a mi insistencia en que todo pasado fue mejor (también porque soy amante de las pelis del 70 para atrás, y por mi amor y devoción hacia Humprey Bogart y el “tan-hermoso-que-no-parece-real” Paul Newman).
La cosa es que, como ya he dicho en algún posteo, el hecho de que el hombre esté estableciendo tantas relaciones latourianas con no-humanos, me da mala espina, porque le tengo terror a la soledad del ser, a que nos volvamos obsoletos como seres humanos, a que finalmente seamos reemplazados… Sí señores, le temo a la utopía terminatoriana, y por eso seguiré posteando incansablemente al respecto (digamos que “Terminator” fue una de mis pelis de cabecera en mi infancia, así que me influyó y lo sigue haciendo…bien por James Cameron).
Me parece perfecto que existan artefactos bizarros que nunca pensamos que podían llegar a materializarse, me parece perfecto que la vida sea más fácil, me parece alucinante que nos podamos comunicar con la galaxia entera sin mover un dedo casi. Me encantó el telectroscopio, festejé la llegada del celular (la del televisor aún más, pero ya estaba en mi vida cuando llegué al mundo), así como bajarme pelis que ni a palos conseguiría en el video club o cualquier negocio, me sentí aliviada cuando zafé de ir a ver un bodrio al cine gracias a la info que busqué en Internet.
Lo que no celebré fue ver mi casa desde Google Earth, ni a la gente tomando sol en la costa mexicana. No me gustó saber que hay un instituto para gente adicta a Internet en Corea del Sur, ni que a mi tío le hackearon la tarjeta de crédito e hicieron compras por no se cuantos euros en Bélgica. Tampoco me gusta que ya se me esté haciendo un hábito dejar de ir a la casa de revelado de fotos, ni saber de antemano la carita que va a tener la beba de mi amiga Nay antes de nacer (me impresionó todo lo que las ecografías 4D muestran…ahora los bebés van a poder conocerse como fetos), y no me alucina para nada la idea de que puedan ubicarte en cualquier momento y lugar (esa dualidad que tengo con el celular).
Y me niego a leer desde la compu, por favor, a los dueños de las editoriales, sigan haciendo diarios de papel…no me rompan la ilusión!!! Y por favor!!! Second Life???…realmente me fastidia!!!
Por todo esto y muchísimo más es que amo y odio a la tecnología, y no puedo dejar de sentir que en un futuro no tan lejano el resto de humanidad que nos queda desaparecerá por completo…es triste pero me cuesta verlo de otra manera…hay algo que huele mal en todo esto. En realidad, let’s face it, me cuesta ponerme de acuerdo conmigo misma…por eso me hace bien postear, porque las neuronas como que toman oxígeno…
No quiero decir que en la edad media o en la Grecia antigua no hayan tenido que interactuar e hibridarse con otros no-humanos, en eso Latour tiene razón, y es hasta brillante el desarrollo que hace, pero temo que estamos de a poco llegando al tope. Ya la no-humanidad nos está sobrepasando…no necesitamos más del otro. Con respecto a esto quiero recomendar una peli bastante pochoclera y yanquilandesca, pero que está buena para pensar el tema del “me chupa dos huevos tu vida”. Se trata de “Sin rastro” (Untraceable, el título original), no vale mucho comentarla…es un buen thriller, ideal para ver en pantalla grande y punto. Pero a mí me movilizó un poco, si bien estaba al tanto de lo que hoy la gente llega a permitir…Reconozco que quizás la película exagera un poco (viniendo de yanquilandia todo es posible…y es lo que los caracteriza aparte).



Sinopsis:
El FBI cuenta con un departamento que se dedica únicamente a investigar y perseguir a los delincuentes que actúan en Internet. La agente especial Jennifer Marsh (Diane Lane) creía haberlo visto todo... hasta ahora. Un depredador cibernético cuelga torturas y asesinatos en su página web “KILLWITHME” (1). El destino de sus prisioneros depende del público: cuantas más visitas registre su página web, más deprisa morirán las víctimas. Cuando el juego del gato y el ratón se convierte en algo personal, Jennifer Marsh y su equipo deberán lanzarse a una carrera contrarreloj para encontrar a este genio de la técnica prácticamente ilocalizable.


Como usuaria de los medios me siento muy habitualmente como una “extranjera”, como dice García Canclini, pero una extranjera autosegregada, que tiene y debe incluirse para no quedar al margen, en una eterna alfabetización tecnológica.

Las cartas están echadas y el futuro hará lo suyo. Yo sigo aquí plantada, siendo una orgullosa apocalíptica.
El que opine lo contrario que me convenza de ello…Vane aún no ha podido.
GGss
(1) Este sitio en realidad existe, pero pertenece al FBI, a una división que se dedica a perseguir criminales en Internet.

viernes, 13 de junio de 2008

Nuevo Diccionario de Diego Capusoto

- Polinesia: mujer policía que no entiende razones
- Camarón: aparato enorme que saca fotos
- Decimal: pronuncialo equivocadamente
- Becerro: observa una loma o colina
- Bermudas: observar a las que no hablan
- Telepatía: aparato de TV para la hermana de mi mamá
- Anomalo: hemorroides
- Chinchilla: auchenchia de un lugar para crencharse
- Diademas: 29 de febrero
- Dilemas: hablale más
- Diógenes: la embarazó
- Elección: lo que expelimenta un oliental al vel una pelicula polno
- Endoscopio: me preparo para todos los exámenes menos para dos
- Manifiesta: juerga de cacahuetes
- Meollo: me escucho
- Ondeando: sinónimo de ondetoy
- Talento: no tan rápido
- Nitrato: frustración superada
- Platón: plato grande
- Reparto: mellizos
- República: mujerzuela sumamente conocida
- Sorprendida: monja corrupta
- Zaragoza: bien por Sara


Gracias Marielita!!!!

miércoles, 4 de junio de 2008

Münsterberg y Lynch

De acuerdo a los que plantea Lev Manovich en el cap. 1 de "El lenguaje de los nuevos medios de comunicación", en la parte en que comenta que: "La interpretación literal de la interactividad es sólo el último ejemplo de la tendencia moderna más amplia a exteriorizar la vida mental, un proceso en el que las tecnologías mediáticas han desarrolado un papel determinante". Manovich cita a Hugo Münsterberg, entre otros, como uno de los teóricos de las nuevas tecnologías que plantea esto, "la escencia del cine radica en su capacidad para reproducir u -objetivar- en la pantalla diversas funciones mentales". Justamente yo había preparado el día anterior un trabajo para otro seminario sobre esta teoría, y quería compartirlo.
Aquí va:
Teorías del Cine: Munsterberg

Il Maestro, Federico Fellini decía: “Nuestros sueños son nuestra única vida real”. Quizás estaba en lo cierto, por lo menos así parece pensarlo el director estadounidense David Lynch, para quien nunca está dicha la última palabra en cuanto a lo que significan las historias.
Se sabe, Lynch no hace películas para espectadores amantes de la confiabilidad, del hilo narrativo único, de la historia con final perfectito o donde todo lo que pasa tiene una razón de ser, o esas historias en la cual se puede prever lo que va a pasar, lo que va a decir un personaje… no, ese no es su estilo, esa no es su manera de ver las cosas, de reflejar lo que piensa en sus obras. Definitivamente el cine lynchiano nada tiene que ver con el insoportable estándar hollywoodeano, cada vez más cansador. Sus películas son horas de misterio puro, de historias con personajes tan extraños que no parecen reales, o quizás sea que existen pero insistimos en no verlos, miramos para otro lado. Hacia este rasgo tan común de quienes vivimos (supuestamente) en sociedad es al que incansable y maravillosamente apunta este genial realizador.
Como comentó Sergio Wolf en un número de la
Revista Ñ, al cine de David Lynch “le es dado convertirse en el pasaje oscuro e irreductible de la mente”, y esta frase sirve de disparador para tomar a este director como el mejor ejemplo para explicar la teoría Münsterberg, que toma el nombre del psicólogo y filósofo de Harvard Hugo Münsterberg (1863-1916), quien “abogaba por un cine entendido como arte de la subjetividad que imitase los modos en que la conciencia da forma al mundo fenoménico”.
Como explica Robert Stam: “Münsterberg argumenta que el cine reconfigura la realidad tridimensional de acuerdo con las leyes del pensamiento. (…) Su énfasis en el espectador activo, que compensa las lagunas del cine invirtiendo su intelecto y sus emociones, participando de este modo en el juego del cine”.
Siguiendo a Stam “Las películas generan sucesos mentales (…) y no existirían en el celuloide sino en la mente que el filme anticipa”.
En cualquier cinta lyncheana, las formas del mundo exterior: el tiempo, el espacio y la causalidad, se ven afectadas, funcionando a la manera de un rompecabezas que muchas veces puede armarse de más de una manera. Siguiendo a Wolf: “Frente a una lógica que se vuelve inasible, llega el festín de los delirios interpretativos”. No olvidemos que antes que ser director de cine, David se dedicó a la pintura, rama del arte que específicamente habilita a transitar por dos mundo diferentes, el real, y el de la obra, presa de mil realidades, tan subjetivas como cada persona que la contemple, o aún como cuantos mundos haya querido reflejar el creador. La pintura es, al igual que el cine (y volviendo a Stam), un “arte de la subjetividad”.

“Terciopelo Azul” (Blue Velvet) 1986

Blue Velvet es un policial con elementos de film noir (la femme fatale, un villano imparable, la sospecha sobre algo y la actitud moral cuestionable del héroe), que cuenta la historia de Jeffrey Beaumont, un estudiante universitario que descubre una oreja humana en un terreno de su vecindario de Lumberton, North Carolina. Sin dudarlo comienza a investigar él mismo el misterio detrás de este insólito hallazgo, no lo hace sólo, sino en compañía de Sandy Williams, quien, al ser la hija del Detective John Williams, le brinda a Jeffrey información que será clave en investigación. El joven Jeffrey irá poco a poco sumergiéndose en un sub-mundo de violencia, sadomasoquismo y voyeurismo, del que forman parte, no sólo la misteriosa Dorothy Valens, sino también Frank Booth, un criminal sin escrúpulos, líder de una pandilla envuelta en el negocio de las drogas y muchas más cosas oscuras.
El lugar en el que transcurre Blue Velvet, Lumberton, está basado de alguna manera en la propia infancia de Lynch en Spokane, Washington. En palabras del mismo director: “Kyle se viste como yo. Mi padre era un científico investigador para el Departamento de Agricultura de Washington, así que estábamos entre maderas todo el tiempo. Ya me había cansado de la madera para el tiempo en que me fui, pero aún así, las motosierras, los leñadores, todo ese tipo de cosas, eso es “América” para mí, como las cercas y las rosas en la escena inicial… me hacen sentir tan feliz.”
La historia del film se originó a partir de 3 historias que viajaron por la mente del director durante un período de tiempo que empezó en 1973. La primera, era solamente “un sentimiento” y el título Blue Velvet. La segunda era una imagen de una oreja humana dañada tirada en un campo. Según David Lynch: “No sé porqué tenía que ser una oreja. Excepto que necesitaba que comenzara con la aparición de una parte del cuerpo, un agujero (a hole) hacia algo más…La oreja se ubica en la cabeza y va directo hacia la mente, así que iba perfecta”. La tercera idea era la performance de Bobby Vinton de su clásico canción Blue Velvet, y todo lo que ésta significaba, la época y las cosas que pertenecían a ese tiempo.
Las escenas iniciales ya nos muestran ese mundo polarizado que a Lynch tanto le gusta. A estas escenas de los jardines típicamente estadounidense, de barrio de las afueras de una ciudad o de pueblo, con sus perfectos canteros, los niños rubios sonrientes, la seguridad presente en un bombero y su perro, la señora que mira la novela de la tarde, el señor que riega, se le opone ese mundo tan distinto, y que parece tan distante…pero no está más que a unos metros de la casa de uno…sólo hace falta escarbar un poquito, apenas. Este último aspecto se muestra en la escena que sigue a las descriptas, la cámara se va acercando (como sumergiéndose subjetivamente entre el pasto) a un grupo de escarabajos que parecen estar luchando entre sí, oscuros, sucios. Es una clara metáfora de lo comentado más arriba: no todo es tan pulcro, limpio, y feliz, si se escarba una poco hay mugre que brota.

Todos tenemos (si, porque no se salva nadie) un muerto, o una oreja mutilada en el placard.
"It's a strange world, isn't it?"



Bibliografía consultada:
1. Teorías del cine. Robert Stam (2001)
2.
Revista Cineaste: "An Interview with David Lynch". Bouzereau, Laurent (1987)
3. The New York Times"The All-American Guy Behind Blue Velvet”. Robertson, Nan. 11 de Octubre, 2006.
4.
Revista Ñ Nº 206 “Las pesadillas del sueño americano”. Sergio Wolf


PD: Omití publicar la parte en que seleccioné escenas y las analicé porque no me pareció lo suficientemente relevante...lo que sí, no dejen de ver esta peli de culto!!!!!
Aquí va una pequeña preview:



Advierto que no me hago responsable de que quieran seguir viendo más...
Haganse un favor y vean esta joyita de Lynch!!
GGss