sábado, 30 de agosto de 2008

Play it again Sam!

Este blog surge una vez más de mi divague diario...

Mientras caminaba en mi adorada cinta (otro de los no-humanos que engaño y utilizo para mi propio bien), estaba escuchando la versión del canadiense Michael Buble de “For Once in my Life”, y entonces me puse a pensar en cuanta gente buena salió de Canadá.
Marshall Mcluhan, David Cronenberg, Glenn Ford, Ryan Gosling, Matthew Perry, Ellen Page, Sarah Polley, Mary y Jack Pickford, James Cameron y muchos otros, todos ellos nacidos en el gran país del norte. Tienen algo especial, una genialidad y talento en lo que hacen fuera de serie.


A pesar de sacarle mano a Netvibes, lo bueno es que ahora me es más cómodo navegar por los blogs de los compañeros, y puedo intentar así, ser buena alumna… Entonces, dije: “Bueno, ya que mucha gente ha estado posteando videos o canciones para compartir, yo voy a hacer lo mismo”.
Este cantante canadiense, otro descendiente de italianos más para la lista de trastornados, está haciendo furor en muchos lados. Su música se compone de muchas remakes de clásicos de jazz y de su propia colección.
Si les gusta este tipo de música, añoran al viejo Frank, y quieren volar una rato y viajar por los años 40, no dejen de escuchar a Bublé…
Es una musica afectiva y efectiva, una especie de punto de fuga que envuelve el cerebro y lleva a otros mundos (yo en mi caso me imagino que estoy en un gran salón perdido en la ciudad de Casablanca, en lo de Rick's, y mi amor platónico más grande: Nick Stahl, me saca a bailar...guau).

Por eso propongo que escuchen, disfruten y comenten para donde los llevó!

Es realmente música para los oídos!!!



GGss

jueves, 28 de agosto de 2008

La muerte de MI sujeto

"No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho"
Aristóteles


Ayer, después de la clase de laboratorio me quedé pensando en si prefería leer Foucault o sentarme a hacer andar mi cuenta en Netvibes. Definitivamente y sin dudarlo elijo la primera opción, es ya casi de conocimiento público que reniego de las Pcs, que no tengo paciencia para sentarme delante de ellas e intentar aprender cómo funciona alguno de los sistemas que conforman sus cuerpos, y que a medida que avanza el “tiempo tecnológico” se van transformando en un organismo ramificado que no tiene fin.
Prefiero ampliamente leer a Foucault, McLuhan, Marcel Martín, Antonio Costa (estos dos últimos hacen una especie de genealogía del cine), algún que otro artículo en la Ñ o lo que encuentro en la red, guías turísticas y alguna crónica. Nombro esto porque son las cosas que he estado leyendo últimamente, y para dar pie al argumento que da origen a este posteo.
Con motivo de empezar a leer algo de Sarlo, y empezar el libro de Dardo Scavino “La filosofía actual”, me doy cuenta que sólo sé que no sé nada… Este tema del giro lingüístico, de la muerte del sujeto en los sesenta y la supuesta resucitación actual, en fin, del lugar del sujeto, me doy cuenta que me gusta muchísimo, que me apasiona el tema y poder entender. Pero en este último verbo está el quid de la cuestión: entender. Cómo puedo siquiera llegar a entender y relacionar, y por qué no intentar hacer, aunque sea, un mínimo, minimísimo juicio crítico (bueno, esta palabra tiene mucho peso, así que me limitaré a decir entender algo de lo que dicen y aplicarlo a algún ejemplo actual). Cómo voy a poder hacer esta especie de utopía posible si cada vez que un nuevo pensador aparece en escena en el libro sé poco y nada del mismo. O quizás he leído algo en la facultad, pero muy poco, y no lo suficiente como para poder seguir el hilo de la narración.
No todo es cine en mi vida, y me gusta intentar ver esta cuestión del sujeto porque puede llegar a ser útil para ensayar algún texto relacionado con el cine, es decir, un movimiento, un corpus fílmico o una película en particular. Pero me faltan muchas herramientas, y debo ser honesta y decir que en los años siberianos que llevo en mi haber, he intentado hacer lo posible para entender de qué se trata todo esto, estudié lo del programa, rendí parciales y finales, leí muy de vez en cuando algo ampliatorio, hice los trabajos prácticos…pero recién ahora empiezo a verle más color al cuadro de la pared. Pero me sigue faltando algo…mucho. Siento como que, a pesar de todo lo dado en la carrera, para seguir adelante me falta una inmensidad.
No sé si culpar a alguien más que a mí, pero empiezo a pensar que esta carrera tiene muchos baches, sobre todo en la cuestión filosófica, tan necesaria para entender tantos procesos, teorías, argumentos, artículos. Siento que en todas las materias se menciona a Platón, Aristóteles, Kant, Wittgenstein, Nietzsche, Spinoza, Habermas, Apel, Gadamer, Arendt, Heidegger, y muchísimos más, incluso Barthes, pero no se da una reseña lo suficientemente completa como para entenderlos de una manera que pueda satisfacer las necesidades de la carrera y aún las personales, es decir, de poder entender lo que dicen en cada contexto o tópico sobre el que teorizan. Tampoco me siento bien cuando hablan de metafísica, epistemología, hermenéutica, idealismo, constructivismo, dialéctica, etc, etc, etc. Por más que uno busque, indague qué quiere decir, las características de lo que plantean, no es suficiente. Se dan una y otra vez, cual condimentos para preparar una ensalada: un poco de esto, otro de aquello, pero en el fondo, por más que la ensalada se prepare una y otra vez, es tan liviana, que al cabo de unas horas uno termina teniendo otra vez hambre.
No sé si esto será parte de mi locura o si a alguien más le acontece: estando en la instancia de la preparación de la tesis y sintiéndose con mucha hambre.
A fin de cuentas, voy a terminar prefiriendo las clases de laboratorio, y los retos de Aníbal, que ya a esta altura no sé si llamarlo Aníbal o Hannibal…el profesor malo del panóptico.
O la otra opción es hacer como decía Salvador Dalí: "Me gusta leer lo que no entiendo. Al no entender puedo imaginar múltiples interpretaciones"
GGss

miércoles, 20 de agosto de 2008

Christian el León

Miren el video...las imágenes, una vez más, hablan por sí mismas.
Lo único que quiero acotar: la inmensidad y el valor de la amistad no tienen barreras...y parafraseando a una amiga "no hay palabras para explicarlo"



Mi Dementia 13

Mi vida sin mí seguramente sería menos estresante. Quizás me sentiría menos Acechada por esta facultad donde me encuentro casi Atrapada sin salida, donde todo puede volverse un Apocalipsis Now en cuestión de segundos, de 48 horas, de Otras 48 horas, es como un Showtime en el que todos Corren Lola Corre para hacer Match Point. En estos Tiempos Modernos que son Tiempos Violentos, donde intentamos ser Buenos Muchachos, aunque algunos hagan incluso Contacto en Francia si es necesario para llegar a ser El graduado, El protegido de muchos profesores, El aprendiz que mejor puede hablar en clase, decir el mejor discurso, el más adornado de palabras que quizás lo conviertan Antes del amanecer o Antes del atardecer en El ciudadano. Pero puede haber un Peligro inminente de llegar a ser El padrino, o porqué no El embajador del miedo, corriendo el riesgo de estar Con la muerte en los talones...pero sin darle importancia ya que lo que prevalece es ser El hombre que sabía demasiado.
Yo en cambio, aunque me cueste, aunque sea un desafío diario, propio de esta Ciudad del pecado, intento no entrar en esa Psicosis, que puede derivar en Paranoia y llevar al Ocaso de una vida. Prefiero intentar vivir La dolce vita, ir de vez en cuando a algún Cinema Paradiso, soñar que paseo por Manhattan, junto a Woody, Annie Hall y Hannah y sus hermanas, rodeada también de muchos Friends, de Amelie, Juno, Rebecca, Bridget Jones, Little Miss Sunshine, Harry Potter (con Ben y Hermione), El señor de los anillos, Indiana Jones, James Bond, John Connor, Pierrot el loco, Machuca, las dos Lolitas, Elsa & Fred, siendo un poco Inconscientes, siendo Los soñadores que están medios Lost, Cantando bajo la lluvia o bailando El último tango en París o en el Cotton Club, intentado Volver a los tiempos de la niñez, sin guardar El silencio de los inocentes (porque a pesar de la inocencia confesa no era La niña santa) pero queriendo ser, igual que ahora, La rosa púrpura del cairo...esa rosa que no tiene nombre.
Dicen por ahí, que éste es un Tiempo de Valientes, en el cual todos tenemos Vértigo porque se acerca quizás El fin de los tiempos. Pero debemos aprovechar de cada día, disfrutar Entre copas, sacar a la luz nuestros Bajos instintos, nuestro Sexto sentido, ser cada uno El fugitivo de cada día, El caballero oscuro, ser Duros de matar. Disfrutar de Los pájaros que se posan en El umbral, mirar desde alguna Ventana Indiscreta qué hay de nuevo en El nuevo mundo. ¿Quién dice que es fácil? Seguramente que no lo es…nunca lo fue. Pero a pesar de Tener o no tener, conservar aunque sea El sueño eterno de vivir y luchar por algo, imprimir nuestro Séptimo sello, ignorando El día de la bestia, La guerra de los mundos y de las Galaxias. Todo esta en nosotros.
Algunos sólo se preocupan por la Tesis o por tener Una mente brillante, temiendo recibirse y terminar de Taxy Driver, de Mago de Oz o Centinela. La mayoría ambiciona ser Los infiltrados, como Todos los hombres del rey o como Todos los hombres del presidente, rezando para arañar un 8 ½, queriendo un 7 el número equivocado, ambicionando un 9 reinas, o queriendo superar el 10 y llegar a un 12 monos. Pero cometiendo Crímenes y pecados en el medio, jugando El gran truco y esperando El tren de las 3:10 a Yuma, o a Roma ciudad abierta, para escapar de todo, siendo, en definitiva unos pobres Perros de la calle. Las Ambiciones peligrosas generan una Atracción fatal queridos compañeros.
Yo intento por sobre todas las cosas (y reconociendo que es muy difícil, que es como una Odisea del espacio), mantener una Alta fidelidad a mis sueños de siempre. Tan locos como EL joven manos de tijera, tan rizomáticos como El gran pez. Estarán siempre allí, guardados en mi cabeza, esa especie de Gabinete del Dr. Caligari, esa Metrópolis donde todo puede ocurrir, donde los Gritos y Susurros conviven con tantas otras cosas: imágenes, palabras, recuerdos, memorias, y sueños, más sueños...Sueños de libertad. El silencio se presenta sólo a veces y La vida secreta de las palabras casi siempre sale a la luz en algún escrito. Todo en mi ser es como un Laberinto, como un Laberinto del Fauno, en el cual el amor al cine es un Amor sin barreras. Querido amor de mi vida, Mientras estés conmigo, aquí, en Brasil, París-Texas, en Munich, en Casablanca o Perdidos en Tokio, nadie va a romper esta Love story, nadie nos va a separar. Nuestro años juntos siempre serán Los mejores años de nuestra vida.
¡Qué bello es vivir!
GGss

sábado, 16 de agosto de 2008

Los Cané, The dark Night y el Papel del Espectador...reloaded

Jueves a la tardecita. Cita con los Cané en el cine. Película: “The Dark Night” otra vez, obvio. No me pude contener y tuve que ir otra vez. La excusa era perfecta: me deleitaba otra vez con el mundo de “Why so serious?” y de paso la veía a Ceci, mi amiga más vieja, la que me comenta y me “tira flores” en el blog y una de las personitas por las que saltaría al precipicio.


Pero primero lo primero: ¿quiénes son los Cané? Cecilia y Nicolás, hermanos, rosarinos, fanáticos de River, ella 24 y él 26. Los conozco desde hace casi 20 años. Íbamos a la misma escuela, la Edmondo de Amicis, en realidad a Nicolás lo conozco por Ceci, por ser el cómplice de tantas charlas, él siempre andaba por ahí rondando el depto de calle Dorrego, y más tarde sería el que se engancha a hablar de cine cuando Ceci ya se harta de mí en el depto de calle España. Aprovechando esta movida melancólica que
una esquizo inició con motivo de su cuarto de siglo, nombrar a Ceci me hace recordar miles de cosas adosadas a esa época “tan inocente” de mi vida…sí, siempre fui un poco inocente, hecho que tuvo sus consecuencias más tarde. Hablar de Ceci significa hablar de las tardes en que después de la escuela íbamos a su casa a tomar la leche, en realidad, la “isla flotante” que nos preparaba Elina, su mamá (que constaba de un vaso de vidrio colmado de leche con una montaña de Nestquick arriba…no sé cómo lo hacía), acompañábamos esto con galletitas Criollitas y queso Tolem, y lo degustábamos mientras apoyábamos los pies descalzos sobre la mesa ratona y mirábamos tele. Esa misma Ceci con la que me sentaba atrás de todo en el salón, con los varones, la misma machona (ahora es toda una lady) que me aplicaba un corrector (cariñoso) cuando hablaba mal de River, la misma que tenía de mascota a la Manchi, que me ladraba desde el querido Ford Escort blanco y me hacía temer subir… ¡Cuantos recuerdos! Pero vayamos a lo nuestro.
Fui con los Cané al cine, no sin antes comprar pochocho salado (no me gusta el dulce), maní japonés, maní con chocolate y gomitas. Yo, que siempre me quejo de los inadaptados que hacen ruido, esta vez me la banqué, no sé cómo hice ya que Ceci tardó 10 minutos para abrir la bolsa de maní comprada previamente en la Royal, acto seguido del desparramamiento de la mitad de los maníes a la sala oscura, acto seguido de “¿y este se muere en realidad?”, pregunta que no respondí porque cuando adelanto algo después me retan, acto seguido de la frase “la gente con nachos me sigue”, acto seguido de Cecilia apoyada cual bella durmiente arriba mío y Nicolás del otro lado (me senté entre los hermanitos) moviendo la pierna cómo lo hace uno cuando está nervioso, y era impresionante ver cómo en los momentos de más tensión y suspenso el movimiento aumentaba la velocidad. Fue casi una experiencia religiosa. Luckily, yo ya había visto la peli, así que esta vez me dediqué exclusivamente a babosearme con
Christian Bale (que lo vale) y a prestar atención a lo sublime de los movimientos de cámara.


¿Adónde quiero llegar con la odisea que estoy recordando? Este relato me sirve de puntapié inicial para hablar un poco, y seguir con el papel del espectador. Yo he sido siempre defensora del silencio absoluto en la sala, razón por la cual en los últimos años me he enojado infinidad de veces. Pero desde el jueves siento que la ida al cine, en silencio o no, puede ser tomada cómo una experiencia única a vivir, cómo un devenir impulsor de muchas emociones. Ver un film en pantalla grande nos brinda la posibilidad de lo asombroso, pero compartir ciertos de ellos con gente querida es aún mejor.
Hace dos sábados
Jorge Carnevale hablaba de esto de ser un cinéfilo o un simple espectador…y yo me quedé pensando: ¿por qué ubicarnos siempre entre dualidades? Muchas veces quizás asistí cómo una cinéfila (pero bueno quién puede definir y definirse cómo tal…odio los parámetros), muchas veces quizás le mentí a alguien para que me acompañe a ver algo que sabía que no iba a ser para todos los gustos, muchas otras fui y realmente renegué de la gente en la sala pensando ¿para qué siquiera gastaron en la entrada? Pero este último jueves disfruté de otra manera, este jueves fui espectadora, me dí el lujo de ajustarme al pochoclerío e hice un poquito de ruido para revelarme contra mí misma, para ser diferente, para seguir esa cosa de devenir cosas distintas, de no ser siempre esa especie de cinéfila que amo, eso creo que lo voy a empezar a dejar para la intimidad de mi cuarto, en el cual veo sola la mayoría de las películas que otros considerarán raras, demasiado europeas, demasiado antiguas, demasiado mudas. Todo ese sinfín de hechos artísticos voy a empezar a dejarlos para ser vividos desde una experiencia distinta.
Carnevale dice que ha dejado de ir al cine, yo en cambio voy a seguir yendo, pero también, como dice él, voy a seguir “viendo películas en mi casa”, aunque no creo que mucho “en funciones privadas” tipo ciclo de cine en algún lugar. Y sí, es verdad que el cine en los últimos tiempos ha sido inundado de títulos para adolescentes y niños, maltratando a títulos menos celebrados, pero quizás haya que acostumbrarse un poco a los horripilantes movimientos comerciales del mundo actual, y hacer punta desde tácticas más locales, cómo la mini sala de la casa de uno.
Pero, ¿cómo empezó esto del séptimo arte?, ¿cómo fue cambiando su forma de organización y su relación con el espectador?

Este fragmento lo escribí para el trabajo final de Utopías Tecnológicas:
La novedosa combinación de imagen y movimiento de las primeras proyecciones de cine mudo, a principios del siglo XX, genera una larga lista de sorpresas y temores. Los primeros filmes se apoyan en el lenguaje teatral; la visión de la cámara imita la del espectador en la sala de teatro: la imagen es estática y los cambios de tiempo y espacio se producen con los cambios de escena. Al contrario de las representaciones teatrales de la época, anónimas y silenciosas, en las primeras proyecciones se comprueba una intensa participación del público con comentarios, risas, gritos de miedo, silbidos de desaprobación, aplausos, etc. Así, el cine mudo se convierte en un espectáculo esencialmente popular.

A partir de la década de 1930, con la aparición del cine sonoro, se extiende la forma de consumo impuesta en el teatro: la escucha silenciosa. La “participación” del espectador es reprimida por el resto de la sala.
Con estos cambios, el cine se transforma de un modo de comunicación y participación colectiva a uno individual y privado.


Como dice McLuhan: “el medio es lo que conforma y regula la escala y la forma de asociación humanas”. Hoy en día la variedad de estrenos es cada vez más escasa, y como dice Carnevale, no se les deja mucho lugar a los films que movilizan un poco más las neuronas, pero porqué no tomamos este rasgo contextual e intentamos empezar a hacer de la sala de cine otra cosa. Seguir siendo cinéfilos, pero por momentos intentar devenir espectadores…ser apocalípticos pero intentar devenir un poco aunque sea, integrados. Yo diría que “The Dark Night”, oscila entre la peli de culto y el super estreno, está en el medio, y por eso a lo mejor me gustó, me fascinó tanto. Me recordó a lo que proclamaba Deleuze de ubicarnos “entre”, y de que cada uno de nosotros concentra una multiplicidad de modos de ser en relación al deseo. Ni héroe ni villano, ni cinéfilo ni espectador, ni apocalíptico ni integrado… Sólo un ser en eterno devenir.

GGss

martes, 12 de agosto de 2008

La venganza es un plato que se come frío...

Como ya hace bastante que no voy de Mary Louise (my psychoanalist), voy utilizar este espacio que agradezco cada día que pasa a los chicos de la cátedra (y a fin de año prometo un posteo de agradecimiento) para volcar mis sentimientos hacia un no-humano virtual que ya odio tanto que quiero quemarlo vivo (ah, pero cierto que es un no-humano)…bueno, lo odio tanto que tiraría el dvd en el que viene a la ruta para que un camión lo pase por arriba… pero igual, de nada serviría porque se reproduce, metamorfosea, habita en infinidad de países, pero sobre todo en la fucking red…así que mi intento de asesinato va a ser imposible. No tendría sentido.
Este no-humano del que hablo es el Nero, programa p… si los hay (perdón pero estoy enojada). Desde que tengo uso de razón, no puedo instalarlo en mi máquina…cuando por fin logro hacerlo, vive placenteramente por unos días, me da sus frutos, se reproduce en nuevos no-humanos, pero después como que expira. ¿Why? Ya no sé qué hacer: instalé múltiples versiones, llevé la compu al doctor, lo volví a instalar, pero nada…siempre falta algo, siempre sobra algo, siempre hay algo que no anda. Hasta probé en la compu más joven de casa (la nueva Srta. PC que el ex apocalíptico devenido una especie de integrado de mi padre adquirió hace pocos días), pero nada…ahí anduvo sólo un par de horas, lo suficiente como para alegrarme el sábado a la noche…pude grabar “Gritos y Susurros”. Pero ¿que pasó el domingo a la mañana? Me levanté, me preparé el desayuno, ansié terminarlo para ir a la Srta. PC (si, porque es joven aún…era previsible que un integrado recién bautizado iba a adquirir un no-humano de su talla…la pobre reliquia inicial le quedó chica), pero cuando me dispongo a grabar “La mala educación” el sistema me empezó a tirar error…y mis sueños de tener una peli más en la dvdteca se fueron no sé donde…se los tragó el agujero negro que hay en las PCs de mi casa…se los tragó al igual que al Nero, que para que sepas ni siquiera nombre lindo tenés. En la comunidad de Pcs, o la asociación de programas, no saben ni ponerles nombres como la gente a los recién nacidos: a mí me gustaría que te llames Emilio, o Pedro…o hasta Matthew, y yo te diría Matty. Pero ¿Nero?, cómo te tengo que decir entonces, ¿Negri? ¿Negrito? mmm, no me gusta.
En fin, a lo que quiero llegar, es que estoy empezando a pensar seriamente que las computadores, hábiles si las hay, se dieron cuenta de que hace desde el año pasado, con el trabajo que preparé para el profe Daniel Genio Briguet (con quien compartía mi odio por ustedes), que les vengo haciendo muy mala prensa. Cómo no van a saberlo si yo, cual esclavas, las utilizo para mi propio bien y después las defenestro…ustedes se dieron cuenta que las odio pero las utilizo, al igual que un amante cruel, para después hablar mal de ustedes. Entonces planearon un complot (ya que al estar en red se comunican, y me critican, obvio) para que yo no pueda utilizarlas para la actividad que más me gusta, y que por razones legales no me animo a decir explícitamente…no va a ser cosa que vaya presa a alguna prisión foucaultiana, a algún panóptico, en donde alguno de ustedes, no-humanos controladores, siga cada uno de mis movimientos.
Esta guerra recién empieza, ustedes quieren revelarse como Skynet, está bien, pero prepárense para conocer a la nueva Mary Connor.
El día del juicio final recién comienza criaturas bestiales...
I’ll be back!
GGss
PD: cualquier comentario, recomendación, etc, etc será muy bien recibido.

jueves, 7 de agosto de 2008

Why so seriuos?

Esto no es una crítica, no señores, porque en ese caso debería ser al menos un poco objetiva, y es imposible que lo sea. Esto no es una crítica porque es una adulación, una adoración hacia lo monumental, lo supremo, lo incomparable, lo impresionante, lo fantástico, lo sublime, lo bello…lo oscuro.
Nunca pensé que iba a querer quedarme encerrada en el cine para verte de nuevo my darling…me hiciste tan feliz que 152 minutos no fueron nada, se pasaron volando, como lo haces vos por el cielo de Ciudad Gótica, ese lugar en el que la corrupción es tan real, tan actual, tan parecida a este mundo que parece de ficción. Ese lugar en el que todo parece perdido cada día, pero “la noche es más oscura antes del amanecer”, como dice
Harvey Dent.
Han intentado recrearte, conocerte, indagar sobre tu historia y tu naturaleza de humano rebelde, lleno de miedos y fobias, con un pasado pesado y no pisado aún, con tanto misterio como lo que llevas más allá, más adentro de tu traje negro y tu piel. Muchos lo han intentado, y reconozco que hasta ahora sólo el
chico Burton lo había hecho, hasta que Christopher Nolan, tu mejor analista, tu cuasi-psicoanalista, llegó tres años atrás para intentar darle vuelta al asunto, si, a tu asunto…y se ve que este muchacho Nolan era bueno, es decir, es bueno, es profundamente bueno. Ya nos lo había demostrado en "Memento" y luego cuando se terminó de doctorar en “Master de la Genialidad” con "The Prestige" (El gran truco). No hacía falta más, ¿o sí? Bueno, digamos que vos fuiste su mejor paciente querido Bruce.
Qué más decir que no hayan dicho las revistas, los diarios, la tele, Internet…nada más, porque acá la cosa pasa esencialmente por el ojo, por ver, por presenciar lo majestuoso. Nada aquí tiene desperdicio, no hay momento para pensar en nada más que en Gótica y sus
“freaks”, como dice el Guason (The Joker). Heath Ledger, y esto va para vos socia (y aprovecho para recomendar tu interesante punto de vista), no es droga…es talento puro. Es impresionante la performance de este chico, mete miedo. Es el villano justo, el que me encanta ver, el que está más allá del dinero, el que hace todo sólo por placer, eso es lo que una busca ver en un villano. Es el Alex De Large de Ciudad Gótica. Pero, acá voy a tener que salir de mi costumbre de quedarme con el malo (el más atractivo obvio) para hacer una excepción. Esta vez me quedo con Batman, lo reservo para mí. Christian Bale es excelente para este papel, es, a mí parecer el mejor de todos. Talento, tiene de sobra (sino vean “El maquinista”), y es tan sensual, con sus miedos, sus dudas….es tan humano, tan parecido a nosotros…es el Bruce Wayne que queríamos, que pedíamos a gritos. No es un héroe, porque “Ciudad Gótica no lo merece aún”, como dice Gordon.
Todo en esta masterpiece es destacable, la música: lo mejor, los actores: dignos de horas de aplausos, los movimientos de cámara: sin palabras, basta con ver la escena en que el Guasón amenaza a Rachel (una de mis escenas preferidas) y la cámara acompaña todo el momento dando vueltas a su alrededor, Nolan sí que sabe producir efectos en el espectador. El suspenso es la perla cultivada que acompaña todo el film, además de la acción, que no deja ni parpadear.
Párrafo aparte merecen los actores, Bale y Ledger simply take your breath away,
Aaron Eckhart como Harvey Dent, el nuevo fiscal del distrito y “dos caras para sus amigos” no decepciona (como siempre), Morgan Freeman como Lucious Fox tampoco, es una especie de Mr. Q de Batman (reconozco que acá los no-humanos me sorprendieron, y hasta me encantaron), Gary Oldman como Gordon, que por fin hace de bueno, de buenazo casi, (y que bien que le sale), Maggie Gyllenhaal como Rachel supera por goleada a la Sra. Tom Cruise, y mi preferido, EL actor, y el mejor de todos, Michael Caine como Alfred es adorable. Quiero contratarlo para que viva en mi casa, es tan tierno, tan cómico…es Michael Caine y punto.
Este Batman es efectivamente “El caballero oscuro”, porque es como cualquiera de nosotros, oscuro, con sus tintes y su permanente y cotidiana lucha por saber quién es. Es como le dice Dent: “Puedes morir como un héroe o vivir lo suficiente para verte convertido en villano”.
Querido Dent: los héroes ya no existen…

GGss