miércoles, 24 de junio de 2009

Marcus es híbrido, Vane y Maru también...

"Nunca pensé que volvería a escribir sobre Terminator"

Entre climas y conversaciones frías, el día de ayer nos encontró sumidos en la ecología mediática en la urbe rosarina. Después de un rápido paso por el dentista, la cita era en lo de Paulis, hacia donde nos dirigimos con VaneMaz. Adivinen qué día fue ayer: martes…si alguien lo recuerda, el día martes para nosotras suele ser como el camino amarillo de Oz, largo, loco, impredecible, pero por sobre todas las cosas, muy divertido. Los mates calentitos y las masitas acompañaron las lecturas del taller de los martes, McLuhan fue el amo y señor, y José, el encargado de disparar las frases que nos convierten a todos en Funes Memoriosos, sí, porque es imposible olvidarlas, quedan en la mente de uno con poderosa exactitud.

El capítulo en cuestión era el numero dos de “La comprensión de los medios como extensiones del hombre” de Marshall McLuhan, es decir: “Medios cálidos y fríos” ¿Qué intenta decir Marshall? Que los medios fríos son los que incluyen, los que requieren nuestra participación, aquellos en los que cada uno “debe completar” (teléfono, habla, televisión, seminarios...); los medios cálidos (radio, imprenta, películas, fotografías, conferencias…) en cambio, son aquellos que permiten menor participación, pero esta participación, “no se refiere al compromiso intelectual, sino al modo en que un medio involucra nuestros sentidos físicos”. Y aquí vuelvo a la primer frase del post, nuestras conversaciones son “frías”, porque requieren de una gran participación, siempre surgen cosas que no estaban en lo absoluto tenidas en cuenta.

Hablando de compromisos, José se compromete a llevarnos hasta el Showcase con tal de que terminemos de leer el capítulo (¿mencioné ya que McLuhan tienen una tendencia a irse por las ramas y que utiliza ejemplos literarios que nunca terminamos de entender?). Así que partimos para el cine, la cita (que ya habíamos postergado y postergado) era con “Terminator Salvation”; después de pasarnos de largo, todo por culpa de hablar tanto, llegamos al lugar en cuestión. José nos abandona y se va a escuchar a Malosetti, así que con Vane nos apuramos a comprar las entradas…

La película es desde el vamos, una perla que sólo puede ser realmente admirada, “aprovechada” a través de la pantalla grande del cine (por un momento pensé que me había equivocado de sala y estaba mirando Transformers). Los efectos son sin igual, y la historia es la historia, así que cualquier amante de esta saga va a amar este film, a pesar de que se cambien los actores constantemente, a pesar de ciertos sinsentidos hollywodeanos que siempre están y, por mi parte, de que odio la paleta de colores marrones, grises y negras…pero amo el desierto y a Christian Bale.



En esta oportunidad, la historia se traslada a 2018, cuando la guerra entre Skynet y la resistencia llegó para quedarse. John Connor y su esposa Kate lideran la resistencia formada por unos pocos que han logrado sobrevivir. Sin embargo, las cosas se tornan confusas cuando aparece en escena Marcus Wright (lejos lejos, el gran protagonista, el mejor), mitad robot mitad humano, un antiguo reo, muerto con la inyección letal, que en un acto de redención vende su cuerpo a Skynet. Marcus es un prototipo como los que Schwarzenegger se encargó (a su manera) de interpretar en anteriores entregas, sólo que tiene un corazón humano ("El salvó mi vida, vi a un hombre, no a una máquina", le dice Blair Williams a John), razón suficiente para querer pertenecer a la resistencia y ayudar a Connor a encontrar a Kyle Reese, el joven que mandará al pasado para que procree con su madre Sarah (vean la primera parte).



Entre homenajes a Arnold (es sublimemente cómico ver el avatar que crean, que se le aparece a Connor desnudo con un humito tapando sus partes), a Latour (de hecho se menciona el hecho de que Marcus es un “híbrido”), a McLuhan, y hasta a Manovich, la película transcurre fluida y muy entretenida, dejándonos un sabor metálicamente dulce y confirmando que la cuarta saga de Terminator desobedece lo que Marshall decía de las películas como medios cálidos, porque es totalmente fría: nos hace pensar, reflexionar que a pesar de las guerras, del día del juicio final, ni máquinas ni humanos deberían ganar, sino intentar ser cada día un poco más como Marcus, seres híbridos, capacitados para hacer, para conocer, pero también para amar.
GGss

viernes, 19 de junio de 2009

El Mago de Oz: más allá del arcoiris...

"Un corazón no se juzga por cuánto quieres sino por cuánto te quieren los demás"
Mago de Oz


Viernes por la tarde, día nublado, algo caluroso y un tanto húmedo. Como no puede ser de otra manera, permanezco acostada, siguiendo las recomendaciones del médico. La cabeza me late fuerte cuando me muevo, el cuello me duele víctima de la fiebre sufrida ayer, la garganta se hace sentir, hogar de los enemigos de mi salud, que se instalaron y pensaron que me ganarían esta guerra. Se aprovecharon de que había desactualizado mi antivirus, se me pasó por alto, quizás, después de tantos acontecimientos nuevos que viví y sigo viviendo este año. La recuperación es lenta, el reposo, casi obligatorio.
Cansada de mirar temporadas viejas de Lost, miro al estante de los dvd’s y veo uno con muchos colores. Me acuerdo que mi queridísima amiga VaneMaz me regaló hace un tiempo un film de culto para cualquier amante del cine: “El Mago de Oz”. Yo que me considero amante del séptimo arte, no me perdonaba tenerlo y no verlo, soportar que me mirara todos los días, sin conocerlo. Decido prender el dvd, y un rato después, levantarme para escribir ese post…necesito compartir lo que siento!
El film, culto entre los “de culto”, trata de la huérfana Dorothy Gale (Judi Garland), que vive junto a su inseparable perro Toto, y sus tíos Em y Henry Gale, en una granja en Kansas. La vecina Miss Gulch se lleva a su perro Toto, pero éste se escapa y vuelve con Dorothy. La niña se escapa pensando que la malvada Gulch va a regresar y va a parar a lo de un adivino embustero, que le dice que su tía Em está enferma. Dorothy regresa asustada, pero un tornado se avecina, así que se esconde en la casa, cuando súbitamente recibe un golpe en su cabeza y cae desmayada. Al despertar, se da cuenta que está con su casa en el ojo del tornado, y va a parar a Munchkinland.
Allí, un hada madrina, Glinda le regala unos zapatos de rubí que pertenecían a la “Bruja mala del Este”, muerta luego de que la casa de Dorothy le cae encima.Todo Munchkindland celebra la muerte de la bruja, pero Dorothy sólo quiere volver a casa, así que el hada le dice que sólo podrá volver pidiéndole ayuda al misterioso Mago de Oz en Ciudad Esmeralda. Glinda le advierte que nunca se saque los zapatos y que “siga el camino de las baldosas amarillas”. En el camino hacia Esmeralda conocerá a tres amigos que serán sus compañeros de viaje, un espantapájaros que busca un cerebro, un hombre de hojalata que no tiene corazón y un león que quiere tener valentía. De aquí en más, el camino los pondrá a prueba, (y la “Bruja mala del Oeste” los atormentará), hasta descubrir qué es lo que se esconde detrás del misterioso Mago de Oz, “el hombre detrás de la cortina”.


A pesar de haber sido rodada en 1939, la película se presenta más actual que nunca, no sólo por su estética (de la que apuesto Tim Burton debe haber comido bastante) sino por su historia, que tan sublimemente inmortaliza con sus frases, sus personajes, sus dobles sentidos, y su música, con la canción “Somewhere over the rainbow”, interpretada por Judi Garland, más allá de todo.



Durante 98 minutos, no sólo me olvidé del dolor, sino que me sumergí en ese mundo mágico, ese que todos buscamos, “ese lugar sin problemas” como dice Dorothy, ese lugar que muchos ansiábamos encontrar (y crear) en la niñez, y que otros buscamos, añoramos aún hoy, ese lugar “más allá del arcoiris”, más allá de los sueños, pero en el que la existencia no es posible sin soñar.
“El mago de Oz” es muchas cosas, para mí, más que un film de culto, más que una película sublime y maravillosamente vigente, es un regalo para el alma, y más aún, una lección de que con “vivir no alcanza, soñar es lo que importa”, y de que, no importa donde estemos, donde busquemos, “there is no place like home”.
Como la familia, como los amigos, este film está y estará siempre, aunque los años y las generaciones pasen. Por eso, regálense una hora y media de magia y sumérjanse en el mágico mundo de Oz…

GGss

miércoles, 3 de junio de 2009

Mi pastiche tesístico

Bueno niños, esto que presento es lo que resultó de mi proyecto de tesis, los arreglos al marco teórico que le hice, y lo que le agregué producto de las notas que fui escribiendo (una tarea diaria que ya se convirtió en ejercicio).
Quiero compartirlo con ustedes y decirles a los que aún no lo han hecho, que no dejen de tomar notas de cualquier frase que encuentren por ahí que crean les puede llegar a ser útil (en libros, revistas, apuntes, internet) y de las ideas que les vayan surgiendo al pasar (cuando lean algo, cuando escuchen algo, cuando vean una peli, etc). En fin, yo me dí cuenta que, cual "pasión", este trabajo de tesis es una acción que, como dice Paolo Fabbri, me afecta; un proceso que me impresiona, me transforma y por qué no, enloquece un poco más día a día.

Wordle: Mi pastiche de ideas

Hagan click en la imagen para verla ampliada porque no hubo forma de ponerla en tamaño grande...el html tampoco ayudó!

GGss