viernes, 21 de agosto de 2009

El secreto de sus OJOS

Proyecto: Cine + Devenir

El secreto de sus ojos es sin dudas más que un film, traspasa los límites temporales y espaciales de la pantalla para quedarse para siempre, para acompañarnos, para hacernos pensar, para que abandonemos la sala sin dejar admirar el hecho de que exista en el cine argentino una pieza de semejante tamaño…una obra de arte “infinita” como diría J. P. Feinmann.



El secreto de sus ojos se plantea desde el comienzo, como un film sobre el quedarse inmóvil o avanzar, sobre la decisión de permanecer o dejar ser, dejar que el tiempo cure sin intentar volver atrás para cambiar lo que ya pasó. Y el personaje que, cual péndulo oscila entre estos dos mundos es Benjamín Espósito (Ricardo Darín), que vive su vida diciéndose lo mismo cada día que pasa: “Hace 25 años que me pregunto y hace 25 años que me contesto lo mismo: dejá fue otra vida”.

Ya el títlo del film nos muestra la ausencia de la A, que luego vemos que falta en varios lugares, que parece no funcionar en el discurso, salvo si aparece triplicada o en la palabra NADA. Toda la historia gira también alrededor de “la vida como una nada”.

La historia va y viene entre el pasado y el presente de Espósito, con dos constantes: su amor por Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil) y un caso de asesinato que lo marcó para siempre. Ya jubilado, sin nada que los “distraiga” en su vida, comienza a escribir una novela, basándose en una historia de la que fue en parte protagonista, la violación y asesinato de la joven maestra Liliana Colotto, un caso cerrado por la justicia argentina, que dejó varios manchones de sangre en la vida de Benjamín, y que, al igual que su amor por Irene, lo obsesionó todos estos años. “Mi vida entera fue mirar para adelante, atrás no es mi jurisdicción”, le dice la bella Menéndes Hastings, pero él no puede avanzar…


Con una impecable y majestuosa fotografía, un elenco estelar y escenas memorables como la del comienzo en la estación de tren, el film de Campanella demuestra que este hombre sabe CREAR como pocos, sabe producir verdadero suspenso, sabe captar la atención de la sala como hacía tiempo no veía. Al igual que Hitchcock, logra mostrarnos los hechos mediante los ojos del protagonista, produciéndonos asombro, melancolía, miedo junto con él (la escena del ascensor es escalofriante, “claustrofóbica” diría Vane). “Los ojos hablan” dice Benjamín, y creo que en este film nos recitan poesía.

No puedo dejar de mencionar la participación de Guillermo Francella como Pablo Sandoval, el amigo borracho de Benjamín, su cómplice y compañero de aventuras, un papel en el que Francella sale completamente de los roles que acostumbra, aunque nunca olvida el humor y convierte las escenas en las que participa en grandes momentos…iluminando la pantalla sin su bigote.


Villamil también merece halagos como la estructurada, parca y nena de papá ricachón Irene…en fin, cada personaje en este film, desde los grandes (Darín no necesita descripción porque está más allá) a los pequeños, forman un perfecto rompecabezas que va de la comedia al thriller en un pestañeo.

Este es el cine argentino que me gusta ver, el cine que apuesta por la ficción, que toca puntas de la historia de nuestro país pero sin caer en el golpe bajo, que capta al espectador y lo sumerge en la historia, como digo siempre, haciendo que uno quiera entrar en esa diégesis (N. del. A: estuve tan sumergida que sentí un ruido a celular que cayó por las escaleras y no noté que era el mío hasta no salir de cine, buscarlo en mi bolso, percatarme de la pérdida y volver a buscarlo entre las butacas…donde afortunadamente me estaba esperando).

Sin dudas, la masterpiece de Juán José Campanella produce en nosotros lo que Benjamín dice del marido de Liliana, Morales (Pablo Rago): “Tenés que ver lo que son los ojos, están en estado de amor puro

GGss

martes, 18 de agosto de 2009

Lo que hace el doblaje...

He aquí él final de "Crímenes y Pecados" (1989), una de las obras paradigmáticas de Woody Allen, una de las más filosóficas y reflexivas, en mi opinión, con uno de los mejores finales que he visto en mi vida (y de su filmografía destaco también el de Manhattan). Pero, qué pasa cuando se dobla al castellano (en este caso, al español):



Se pierde totalmente el efecto que creo busca Allen, al agregarle esta voz en off que más que melancólica es cómica...
Quizás, las personas habituadas al doblaje, no noten esta aberración...

"El "lector" modelo de una película doblada es, presumiblemente, una persona incapaz de apreciar la poética de la voz de los actores. El lector modelo del cine subtitulado tiene un potencial cognitivo superior al del espectador del cine doblado. Por esa razón, un filme doblado exige al espectador un esfuerzo cognitivo inferior en comparación con el cine subtitulado. Dicho lector modelo está, por lo tanto, poco dotado para apreciar una obra desde el punto de vista estético y tiene una capacidad cognitiva reducida"

Acá entonces dejo la versión con el idioma original, desafortunadamente fue imposible conseguirla con subtítulos, pero esto me sirve para recomendar abiertamente que ¡vean esta película!



Obvio que para entender el grandioso final hay que verla, pero acá paso la sinopsis de Wiki:
Se entretejen dos historias en paralelo, mezclando comedia y drama. La primera, interpretado por el propio Allen, junto a Alan Alda, exitoso y arrogante productor de televisión que es a la vez su cuñado, le contrata para realizar un documental sobre su vida y obra, los dos se enamoran de una mujer inteligente y con ambiciones que trabaja en el medio (Mia Farrow). La segunda historia, interpretada por Martin Landau (Judah), conjuga los temores y dilemas del alma humana al enfrentarse en una situación límite. El personaje de Landau esoftalmólogo , su vida está llena de privilegios y ha perdido con los años la fe en Dios; es acosado por su ex amante (Angelica Houston) quien lo amenaza con destruir su matrimonio y su reputación si no regresa a su lado y deja a su mujer. Judah decide contactar a su hermano quien se mueve en el mundo del crimen y le sugiere asesinar a la mujer, Judah inicialmente rechaza la idea pero al sentirse cada vez más acosado por la mujer decide aceptarlo. Una vez asesinada su ex amante, Judah se siente arrepentido, recuerda su pasado y su formación judía y siente que es el mismo Dios que le observa para condenar su falta, sin embargo como se revela al final de la película, con el pasar del tiempo en él desaparece el sentimiento de culpa, recobra la tranquilidad y continúa con su vida de privilegios. Al conversar al respecto con Cliff sobre este asunto y plantearselo como si se tratara de un guión cinematográfico, este le recalca que no sería el final adecuado pues quien cometió el crímen no recibió un castigo, pero Judah (Landau) le dice a Cliff (Allen) que así es la vida real y que si desea ver un final feliz, "vaya a ver una película de Hollywood". Efectivamente Judah olvida su culpa y continúa su vida, mientras tanto Cliff termina solo después de que la documentalista de quien se enamoró (Mia Farrow) lo deja por su arrogante y poderoso ex cuñado.
GGss


viernes, 14 de agosto de 2009

El Hitch de la cuestión...y las 3 C: Cooperación, Cumpleaños y Cine

"El hombre había muerto, pero no el cineasta, porque sus películas, realizadas con un cuidado extraordinario, una pasión exclusiva, una emotividad extrema enmascarada por una maestría técnica poco frecuente, no dejarían de circular (...) comprobando la imagen de Jean Cocteau cuando habla de Proust: "su obra continuaba viviendo como los relojes de pulsera en los soldados muertos"

François Truffaut


Qué día el de ayer! Jueves 13 de agosto. El día estaba dual, creo que igual que nosotras…Arrepentida de no haberle picado un Rivotril en secreto a Vane en el té, noté cómo sus nervios me fueron contagiando al llegar a la Siberia…sumados a los de Noe, que descubrimos que bajo el nerviosismo saca a flote su faceta de cómica stand up! Una Romina preocupada por su ciclo menstrual llenaba los espacios muertos (que eran pocos), mientras la gente entraba y salía de ese lugar bizarro que es el “laboratorio”… ¿la sala de computación? ¿de redes? ¿de informática? ¿del teléfono retro color verde que cada tanto suena dos veces?

El color violeta parecía ser el mayor protagonista junto con El Gabinete del Dr. Mute, ambos, afortunadamente nos trajeron buenos augurios, luego de tanto tiempo de búsquedas, peleas, mails algo “violentos” como diría Vane, reuniones en diversos puntos de la ciudad (nadie vino a Zavalla che!), mates y charlas locas de por medio.

Fue al volver en el 122, justamente delante de la facultad de medicina, que charlando de la colaboración narrativa en el cine, me acordé de Alfred Hitchcock, el gordo más lindo del mundo. Alfred no hubiese probablemente sido Alfred, sin la cooperación de Alma Reville, el amor de su vida, su gran compañera. Su esposa fue realmente el Alma matter detrás de sus trabajos, colaboró con él en la mayoría de sus películas (Alma cumpliría años hoy). Sin ella, quizás, los films carecerían de alma, perdón, de aura, de esa mística tan hitch. Podríamos decir entonces que ya el Gran Alfred, El maestro ¿trabajaba colectivamente en sus films? A esa conclusión llegué ayer, y mientras charlaba de esto con Vanemaz, recordé que era efectivamente el cumpleaños de Hitchcock, su cumple número 110.


Alfred nació junto con el cine, fue parte importante del nacimiento y crecimiento del séptimo arte…sus teorías sobre el montaje, la narración, el rol de los personajes inspiraron a todas las generaciones hasta el momento de cineastas, de alguna u otra forma. En su cine no existe la inocencia, sino pregúntenle a Slavoj Zizek (mejor dicho, lean "Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se animó a preguntarle a Hitchcock").

Alfred, arte, aura, Alma, armas de magia, alas de creación, asas que sostienen un mundo tan vasto de técnicas, de lenguaje, de homenajes, de sueños cumplidos, de edipos reyes, de obsesiones, de miradas que se posan siempre en un lugar que hay que aprender a ver…


Tengo una especial afinidad con la gente nacida bajo los signos de fuego (aries/leo/sagitario): gente rara, gente loca, gente que impone sus ideas, gente que no camina…vuela. Hitch, Alma, Woody…la lista es larga.

Hitchcock era El hombre que sabía demasiado, que aprendió a volar como Los Pájaros, que hizo Notorious cada aspecto de su cine. El hombre equivocado para la fama, ese que, como Rebecca, tuvo que esperar, esperar un reconocimiento que en la mayoría de los casos vino tras su muerte, esa Trama Macabra, esa Cortina Rasgada que se lo llevó como el viento, para siempre. Ese gran director que en un Yo confieso hizo del libro de Truffaut un verdadero Frenesí, esa “mancha”, como dice Zizek, que le tenía Vértigo a los huevos y a la policía (por eso nunca aprendió a manejar), que vivió en una eterna Psicosis fílmica, que inconscientemente hubiese marcado Dial M for murder a su madre, “The lady vanishes” pensaba en sueños, esa mujer, Recuerda, como el ser que "otorga pero devora" ,sobre quien quería cometer Asesinato, Bajo el signo de capricornio…o en la Posada Jamaica.

Ese inglés que fue mucho tiempo un Corresponsal extranjero, que vivió varios Sabotajes en los sets, varios Chantajes, que subió mucho más de 39 escalones en la escalera de la genialidad. Ese niño Young and innocent que dejó La sombra de una duda en cada film, que quiso Atrapar al ladrón de su vida cuando ya era tarde.

Ese hombre que no tenía problemas con ningún Harry, ni siquiera con Marnie la ladrona, pero sí sufría de Pánico en escena, donde se sentía como Extraños en un tren, donde sentía Sospecha. Su lugar era el detrás, desde donde podía mirar por La ventana indiscreta de la cámara, donde era el Agente secreto, El inquilino que ocupaba todo el set con su sombra infinita.

En fin, un Topacio que tiró de La soga una sola vez e hizo que el mundo del cine se iluminara para siempre…


GGss