jueves, 20 de septiembre de 2012

Gotea la Primavera


Llueve y llueve. El tiempo, niño revoltoso, terriblemente indeciso, indiferente. El tiempo nos abriga y tapa nuestras extremidades, cobija el ritmo sanguíneo y los circuitos internos, eléctricos. El tiempo nos quiere poner en reposo. Y así, así nomás, así sin más, el tiempo viene y nos cubre.
¿Pero no es el tiempo un reflejo? Reflejo y espejo. El tiempo es nosotros. Nosotros somos el tiempo. Lo que pasa afuera refleja nuestro dentro. Nuestros adentros.
Lluevo. Caen gotas acá adentro. Gotea en mi interior. Gotea mi interior. El goteo sentimental…animal. Siento gotear porque me siento gotear. Me voy en gotas.
Llover. Llorar. La misma cosa. Verbos del vivir.
Miro los horizontes y lo gris se hace cielo, tierra aguada, gotas que recorren el vidrio de auto y se juntan, se aman con otras gotas, se agotan. Lo gris, árbol pelado que busca su propio refugio, se arropa, se pone a salvo con su propia piel verdosa, se va volviendo primavera. Ya llega.
Sigo goteando. Goteo ideas, broncas, recuerdos y momentos que me hacen tentar de risa. Gotas que caen, que patinan, que adivinan. Tontera previsible…y en el medio: la Espera.
La espera. Tontera. Primavera. Una Era.
Eso que era ya no está. Se transformó en gota. Se hizo tormenta y se puso a salvo de la calma.
Eso que era quedó con la espera. Se transformó en lo que vendrá, en lo que ya estoy siendo. En lo que está siendo la primavera. Divina, grandiosa, sabia, Fénix.
Primavera.



GGss (@eugess)