sábado, 4 de julio de 2009

Seminario para principiantes: las 1001 formas de apropiarse del seminario (y no morir en el intento)

Un sábado frío, a la hora del café puse sin querer HBO Family y me encontré con 3 personajes cómicos, imagen que rápidamente me remitió a otros 3 personajes que forman parte del día a día facultativo. Inmediatamente (as usual) le mandé un mensaje a mi amiga Vanemaz comentándole este hecho, ocasión que encendió su llama creativa (yo diría mas bien, mi ganas de probar a ver si se puede) en segundos, y que posteriormente disparó este post.



Queríamos, intentamos, de alguna manera, resumir un poco nuestra experiencia de formar parte del Seminario desde dos lugares diferentes pero para nada antagónicos, porque todos, en cierta forma estamos inmersos en un constante espiral de aprendizaje. “Nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo” diría Pierre Levy, y a nosotras no nos llevó más de una lectura darnos cuenta de esto. Creemos que es justamente allí donde radica la gracia del camino que estamos transitando, del darnos cuenta que “el otro es una fuente de enriquecimiento posible de mis propios conocimientos”, como sigue afirmando este filosofo tunecino en su libro... Y esto lo estamos viendo afirmarse entre postres, pizzas, anécdotas y críticas chusmas a los docentes (quienes fueron los grandes ausentes de esa noche), nos vamos conociendo, certeros de que cada uno ocupa un espacio, que se va enriqueciendo con lo que le brindan los otros.

Las clases fueron desde siempre un espacio en el que queríamos estar, un camino que queríamos transitar, un tiempo de dos horas que luego se dilataban ad infinitum en nuestras mentes, y una práctica reflejada en el blog. Aquí empezamos el tema de apocalípticos e integrados, una sopa en ebullición, generador de tantas derivas y charlas (diálogos en blog propios y ajenosdigamos la posta, nos peleamos en todos los blogs habidos y por haber…hemos torturado a Dios y María santísima) pero la consecuencia, que nunca es definitiva porque siempre está en plena mutación, fue convertirnos en seres más híbridos, como Marcus.

Cada clase nos convirtió en alguien diferente, cada una de las intervenciones que éstas engendraron, nos hicieron sentir muchas veces que éramos Gregorio Samsa, víctimas de quien sabe qué grata metamorfosis, otras, nos transformaron más en Francis, al hacernos sentir la pulsión de tirar naranjas al piso (aunque hayamos aprendido de Jack, a contar hasta cinco, y respirar).
Y así sigue la historia, entre las anécdotas de cada jueves (que nunca acabarán) y la locura que cada viernes queremos escribir, compartir, la mayoría de las veces, con el cine como nuestro espacio de ejemplificación (recuerdo cuando la locura nos llevó a esto y a esto), espejo de lo que nos pasa, metáfora de la vida, en el discurso, en la estética, en las imágenes, en los personajes y en la música. “Como te afecta la carrera” dijo una vez una amiga (y a qué comunicador no se lo habrán dicho…).

Hemos formado un grupo que es como la red misma, una comunidad en la que se aprende aprehendiendo, en la que nos enriquecemos mutuamente (“Existen propiedades que no poseen los miembros individuales pero que sí emergen de la red”), compartiendo, experimentando, creando a partir de la colaboración y la innovación en grupo, librándonos jamás de los tutorials (en mi caso, el Tutorial Mazzeo a domicilio), dándonos cuenta de cuánta locura hay suelta (aunque menos mal que aún no somos psicópatas, porque como diría el profe De la Torre -que sus palabras ya hace más de un año que quedan dando vueltas en nuestras cabezas- “los psicópatas no funcionan en redes sociales”, menos aún, si tienen apellidos raros. Digamos que esta demencia que se condensa aquí no es mas que una “folie a deux”, un estado en que empezamos a compartir entre todos nuestras propias locuras).

Una comunidad donde lo común, lo que ponemos en juego, es el afecto, uno de los valores más importantes, “las pasiones son procesos, son fenómenos de transformación personal” diría Fabbri, y donde “la inteligencia de un grupo ya no es el resultado mecánico de actividades ciegas u automáticas, pues es el pensamiento individual que perpetúa, inventa y moviliza aquello de una sociedad” diría Levy.
Por eso:
Vivamos en nets que sean delicious,
basta de si o de no, probemos con Ning,
hagámosle face a los books de scribd,
alimentemos a nuestros amigos, or feed our friends,
twittemos cual pájaros, palomas mensajeras que no comen spam
corramos picadas académicas por Pellegrini (y no pelligremos…pellegrinemos)
cantemos bajo una lluvia de blogs

I’m posting in my blog,
just posting in my blog,
what a glory I feel when I have a comment on,
I’m laughing at Mar,
Yunes comes in his car,
Anibal is mad, but not angry enough
let the stormmy class change,
everyone in his place,
new people have made
a new challenging brake,
I walk down the lane
With a happy refrain
“the paute, the paute that connects”

I’m posting and singing with my friend
tataratatatarataratatatataaaa........

Ya finalizando, y casi como una declaración ¿de principios?, queríamos decir que este gran pastiche lo hicimos sin docs.google, porque, mas allá de que ha demostrado ser útil para escribir colectivamente, nos pareció mas interesante y fructífero sentarnos frente al teclado con mates y scones de por medio...conversando, que “es una buena idea porque, en general, no ignoramos lo mismo”.

Y como dijimos más arriba, para “The End” elegimos una frase mitológica del séptimo arte, que en este caso, para nosotras representa lo que sentimos hacia esta red, esta comunidad a la que, gracias a la decisión de abandonar metodología para retomarla al año siguiente, sin querer queriendo llegamos:

“Este es el comienzo de una hermosa amistad”
(Rick Blaine, Casablanca, 1942, 01:42:05)


Vanemaz & GGss

Nota al pie: Cholo, prometemos dedicarte más adelante un post para vos sólo en el que te compararemos con algún personaje fílmico más decente…un Johnny deep, un Brad Pitt, un Pierce Brosnan, algún Al Pacino…pero ya no como “El gran chico” de Hugh Grant o Garth Algar de “El mundo según Wayne”.