martes, 10 de agosto de 2010

Los bárbaros...un breve y leve acercamiento

"El pez más grande del río es así porque no se deja pescar" Ed Bloom (El gran pez - Tim Burton - 2003)

Qué

“¿En qué creemos para tener este ciego instinto de poner algo a salvo?”

Los italianos tienen algo especial, lo sé. Quizás sea la sangre, quizás las raíces o el mismísimo imaginario, pero la mayoría de las veces me encuentro maravillada por sus producciones. Y esta, obviamente, no iba a ser la excepción.

Alessandro Baricco, antes de ser Lic. en Filosofía, dramaturgo y periodista, es un artesano de las letras. Es uno de esos creadores de la pluma (o de la tecla seguramente) que hace que al leerlo uno se vea tentado a citar esta frase, y esta frase, y esta frase…y bueno, todo el libro! Pero lo más genial de su prosa, en definitiva lo que lo define a él, es que no intenta parecer sabio a partir de las palabras difíciles e inentendibles (de las que tantas veces nos hemos tenido que cansar leyendo).

Baricco hace simple lo complejo, amenizando cada párrafo, agregándole una dosis perfecta de humor, imaginación, experiencia y anécdotas culturales y de la vida… Alguna vez me dijeron que me tomaba algunas licencias narrativas…pero en definitiva ¿hay una manera de narrar más que la que brota del puro apasionamiento?

Hacia ahí iré entonces, en un intento no de contar paso a paso este genial libro (porque sería extenso, aburrido y le quitaría emoción al lector que se sumerja en este océano bariccoso) sino de destacar algunos puntos…Pero vayamos al grano!

¿Por qué?

Baricco en realidad quería llamar “La mutación” a su libro, y no “Los bárbaros”, pero no encontró a nadie que le diera un “me gusta” a este nombre. Según él, era el nombre exacto para describir el asunto que a él le gustaba comprender: “en qué consiste la mutación que veo a mi alrededor”.

Los bárbaros están llegando, los bárbaros aquí están…de a poco están cambiando el mapa.

La manera en que empieza a introducir a esta nueva "generación", es a partir de un irónico y genial desarrollo de 4 epígrafes (del cual destaco el homenaje a Banjamin que hace piantar un lagrimón al lector más duro), que describen sin lugar a dudas todo el libro:

  • “El miedo a ser derrotados y destruídos por hordas bárbaras es tan viejo como la historia de la civilización. Imágenes de desertización, de jardines saqueados por nómadas y edificios en ruinas en los que pastan los rebaños son recurrentes en la literatura de la decadencia, desde la antigüedad hasta nuestros días” (W. Schievelbusch)
  • “Elegancia, pureza y medida, que eran principios de nuestro arte, se han ido rindiendo gradualmente al nuevo estilo, frívolo y afectado, que estos tiempos, de talento superficial, han adoptado. Cerebros que, por educación y costumbre, no consiguen pensar en otra cosa que no sean trajes, la moda, el chismorreo, la lectura de novelas y disipación moral; a los que les cuesta un gran esfuerzo sentir los placeres, más elaborados, menos febriles, de la ciencia y del arte. Beethoven escribe para esos cerebros, y parece que tiene cierto éxito si he de hacer caso a los elogios que, por todas partes, veo brotar respecto a este último trabajo suyo” (The Quarterly Musical Magazine and Review, 1825).
  • “Mickey Mouse” (W. Benjamin).
  • “Era de trato fácil. Me llamaba sheriff. Pero yo no sabía qué decirle. ¿Qué le dices a un hombre que reconoce no tener alma? ¿Qué sentido tiene decirle nada? Pensé mucho en ello. Pero él no era nada comparado con lo que estaba por venir” (C. McCarthy).
Como Benjamin, Baricco fotografía el devenir, como a Benjamin, a Baricco le interesan las transformaciones, los indicios de las mutaciones, “él nunca intentaba entender qué era el mundo, sino, en todos los casos, saber en qué se estaba convirtiéndose ese mundo”.

Quienes

“Cuando el bárbaro llega allí tiende a reconstruir, con el material que ha encontrado, el único hábitat que le interesa: un sistema de paso”

"Donde esa gente puede respirar, nosotros nos morimos"


Los bárbaros encarnan una nueva idea de experiencia, una nueva técnica de supervivencia, una nueva civilización.

El descenso culto y profundo al pasado requiere demasiado esfuerzo para estas bestias, que prefieren construir conocimiento a partir de lo que encuentran, de una manera puramente lúdica. Para ellos nada es profundo, ni auténtico, ni inigualable, ni irreemplazable: “Para los bárbaros el pasado es un vertedero de ruinas: ellos van, miran, se llevan lo que les resulta útil y lo utilizan para reconstruirse sus casa”, “el pasado es útil sólo cuando y donde puede convertirse, de inmediato, en presente”. Les interesa la potencia, lo que puede hacerse con estos desechos, el movimiento es su valor supremo.

A los bárbaros no les interesa girar alrededor del objeto intentando develar su sentido, ni siquiera irlo a buscar a las profundidades mismas del pensamiento (el rito de la profundidad), a ellos los moviliza el mismo acontecimiento, la trayectoria. Su movimiento no es el del razonamiento sino un movimiento nervioso, animal. “El paso adelante es algo que no comprenden: creen en el paso lateral”.

Ante estas bestias, la casta intelectual, que cree resguardar el conocimiento, el saber producto del esfuerzo, la atención, la reflexión y las palabras difíciles que lo único que hacen es separarlos de estos saqueadores y hacerlos sentir en un lugar de privilegio, se empieza a derrumbar como pieza de dominó.

Estos supuestos encarnadores de lo culto (lo culto no por culto debe ser bueno) son zombies, son muertos que hablan, son una ciudad amurallada que se ve en ruinas, “al horno”, a partir de la invasión de estos mutantes a quienes no les interesa desterrarlos ya que contrariamente a ellos, no pueden establecerse en un lugar sino seguir en constante y pleno movimiento. No saben qué hacer ante estos especímenes a quienes les han salido branqueas detrás de las orejas, que los hacen aptos para navegar las aguas de cualquier mar....porque sí: han decidido vivir bajo el agua.

Todos en algún punto vivimos presos en esta dualidad, somos bárbaros, queremos serlo, pero a la vez nos tira la parte zombie, que intenta resguardar saberes llamados “originales”. Todos nos quejamos de Google y denunciamos las copias, pero buceamos sus mares y experimentamos sus aguas…y los ejemplos podrían seguir ad infinitum.

Cómo

A partir de temas tan disímiles como el vino, el futbol, los libros, Google (imperdible), la música clásica, Baricco va trazando un recorrido que intenta empezar a echar luz sobre esta nueva generación, estos mutantes a quienes no les interesa sumergirse en las profundidades del conocimiento sino surfear la superficie. Son hombres horizontales, nómades, hijos y padres del multitasking, que no buscan la experiencia porque la son, son peces que navegan las aguas sin miedo.

“Me gustaría mirar esas branquias de cerca. Y estudiar ese animal que se está alejando de la tierra, y que se está convirtiendo en pez. Me gustaría examinar la mutación, no para explicar su origen (eso está fuera de mi alcance), sino para conseguir, aunque sea desde lejos, dibujarla”

Y Baricco sigue nadando por lo que él llama principios de pensamiento, como la educación, la democracia, la nostalgia, el pasado, la autenticidad, retratos que dan vida y forma a los bárbaros, aunque sea en forma sólo de imagen que se va borrando en la arena…

Ya al final, y siguiendo lo que parece ser su estilo, intenta describir el estancamiento de una forma de saber que nos dominó durante mucho tiempo (y domina aún), con la figura de la Gran Muralla china (aquí sólo un fragmento):

“Caminar durante siete horas la Gran Muralla es la forma más exacta de caminar durante siete horas permaneciendo en el mismo punto. No existe casi devenir y te acompaña un único gesto arquitectónico, inmutable durante kilómetros, que te propone de manera constante el mismo corte de piedras, el mismo color de antepechos, la misma idea de escalón, durante kilómetros”

Este libro realmente no tiene desperdicio, por eso, invito al que aún no lo hizo a darle una lectura, o mejor dicho, a sumergirse en este mar que contrariamente a la muralla, propone un intercambio, un movimiento, como las olas.... Quizás lo rico esté en que como el mismo autor lo define, es “una tentativa de pensar escribiendo”.

GGss

PD: nunca hice una review de un libro así que disculpen las licencias narrativas (ja)!

4 comentarios:

vanemaz dijo...

las licencias narrativas son lo que hacen interesantes las reviews jajajja...
libro de lectura obligada proximamente como para poder opinar con un poco mas de fundamento (aunque el fundamento nunca nos detuvo cuac!)

Antonela Ginessi dijo...

Genial Maru! La verdad que tengo muchísimas ganas de leerlo, ... Y al parecer tenés mucha razón: son infinitas las frases que se pueden citar de Baricco! me gustó mucho eso de escribir sobre "en qué se está convirtiendo el mundo" y no sobre lo que es.

Baricco sueña con poder, aunque sea, "dibujar" a uno de estos mutantes, de estos bárbaros.. y no se da cuenta de que él lo es (o al menos está en el proceso de mutación)! Su prosa, lejos de parecerse a la muralla China, es un mar, es una invitación a la mutación,a zambullirse y navegar.

Anónimo dijo...

Licences..licences is what makes us feel part of the reviews Licenced. Even when it's about a book that perhaps never would be handy.
Barbarian (and nothing to do with the rugby team with players from different teams) or like the song that became famous to Cranberries, the idea of this book can be felt through your words

Cultura Multimedial dijo...

Una mirada que se desembaraza de unos cuantos fardos para permitirse pensar las operaciones de un grupo emergente de personas -de bichos nuevos y raros cada vez menos nuevos y raros- en términos positivos. ¿Qué pasa si los bárbaros están ahí hace rato? Un escalofrío por capítulo. Ese libro es un thriller.

Y la review es un punto bárbaro en la trayectoria feliz que ojalá sepamos trazar.