viernes, 31 de diciembre de 2010

New Year Resolutions...(no hace falta leerlo)

Y acá estamos, el último día del año…en mi caso sentada frente al teclado, pensando en escribir algo, consciente de que quizás por el calor, quizás por el viento, quizás porque siempre hay que buscar una excusa para todo, estoy sufriendo un bache creativo. Se ve que venía caminando, pensando en algunas historias to be y me caí.

Fue un 2010 que sería injusto no valorar. Pero uno nació para ser insatisfecho, así que como gran neurótica me siento en pleno derecho de decir que podría haber sido aunque sea, más emocionante.

No creo que a nadie le interese mucho, pero para completar la coherencia narrativa de esta cosa invertebrada que estoy escribiendo, lo tengo que poner.

Sólo un par de cosas a destacar:

  1. Pasé la prueba, no sólo sobreviví al matrimonio más de 15 días (como mi padre y mi dentista anunciaban), sino que ya llevo hasta el momento 640 días (and counting).
  2. Me convertí en Agente 007 después de presentar junto a mi amigo, tutor y guía espiritual M (de Marcelo) una tesina que tuvo más de locura que de academia. Ahora tengo licencia para comunicar...y DERRAPAR!
  3. Afiancé los lazos con los amigos de siempre, los amigos de no hace tanto, los amigos de acá y los de todas partes....incluídas las redes sociales!
  4. Materializamos parte de la locura una vez más con mi hermana gemela (como una vez nos dijo un pibe) Vanemaz con El Gabinete y el National Tattler
  5. Sumamos experiencias, amistades (“los bits se hicieron átomos” diría El Cholo Yunes, o Chino Yunus para los amigos) y anécdotas varias en la lista del Colectivo Digicom, y ¿vamos por más, no?
  6. Seguí escribiendo todo lo que se me iba pasando por la cabeza (gracia a Dio’ comparto y por la salud mental del pobre que por ahí me leer, sólo una parte)
  7. Soñé mucho….de noche y de día
  8. Me ilusioné varias veces con cosas que no fueron
  9. Adquirí más velocidad “dedil” en el teclado
  10. Empecé por fin a hacer el camino inverso, es decir, empecé a leer la saga Potter…pero leer no iría acá, el verbo adecuado sería comer.


Ahora que lo veo puesto en palabras no parece tan malo, es más, me hace sentir mejor. Pero la idea de este invertebrado, la que le da nombre al título, era la de compartir las Resoluciones para el próximo año, si Paris Hilton lo hizo why not me!

Las tres primeras conciernen a los lugares comunes del deseo o el deseo de lugares comunes...esos que nunca faltan, las siguientes pueden ser obviados, es solo demencia en estado puro...

  1. Construir un país menos hipócrita, menos dividido, menos discursivamente binario, y habitar un mundo en el que, como diría Agus Machiavello, quepan todos los mundos
  2. Intentar pensar y pensar-nos más (o hacer psicoanálisis), ser más empáticos y un poquito menos materialistas
  3. Más paz, interior y exterior, más salud, mental y física, más prosperidad (de todos los tipos) y más sexo (idem)
  4. Seguir haciendo fluir mi demorado instinto maternal hacia el niño-viejo aka Benjamin Button, Tomy
  5. Tratar de hacer algo potable con lo que escribo, y si se puede, tener un trabajo que incluya lo que se llama con todas las letras "sueldo"
  6. Terminar la historia sobre Mara Treipe y conseguir un editor, y encontrar un lugar en el que publicar las crónicas sobre lugares de Rosario
  7. Filmar o empezar a pre-producir un corto de mucho suspenso, si es posible filmado en el Parque Villarino al amanecer
  8. Ver más thrillers (aunque ya nadie haga buenos!)
  9. Acostumbrarme a los lentes nuevos
  10. Cambiar el celular (debo ser el único ser humano con un no-humano destartalado de 3 años y chirolas)
  11. Ir más al cine
  12. Aprender a hacer pororó salado como el de Paula
  13. Twittear cosas más interesantes
  14. Ser más auto-critica pero menos auto-flagelante
  15. Terminar antes de julio la saga Potter y leer a Lessig
  16. Ver todas las películas que me faltan ver
  17. Dar una clase sin ponerme nerviosa, entender a Kant y seguir recomendando a Latour hasta cansar a la gente!
  18. Empezar seriamente a ahorrar para ir a la Isla de Pascua
  19. Sobrevivir a los demonios internos, externos, personales, sociales, psicológicos, materiales, fílmicos…
  20. Prestar atención a ver si encuentro algún conejo blanco en el jardín
  21. Hibridar más potus y criticar menos a los hombres
  22. Parecerme más a Diablo Cody
  23. Ser menos cascabel y más políticamente correcta
  24. Sentirme menos culpable
  25. Reírme el doble
  26. Viajar más a VGGalvez y a barrio Bella Vista!
  27. Cocinar más (para que Cristian me diga menos “basta de comida de hospital”) y hacer algo con las dos botellas de ron cubano sin abrir
  28. Seguir derrapando entre muchos hasta morir
  29. Seguir soñando, de noche con menos patos que me atacan y con más platónicos que hacen suya y de día, con la posibilidad de que se puede!
  30. Tener más en claro qué quiero hacer de mi vida….no, perdón, esto no va en esta lista, va en la de “imposibles eternos”

Este año se va, esperemos que el que venga sea mejor…igual lo que importa no es el tiempo medible sino el ahora presente, indescriptible y fabuloso!

Gracias a todos los que hicieron del 2010 con sus aciertos y no, un lapso de momentos inolvidables!

Sigo insistiendo, estoy cursi, es el instinto materno que por ahora tengo que desviar para algún lado!

REMEMBER ponerse algo blanco, si es posible a estrenar!

Los QUIERO!

FELIZ AÑO NUEVO Y VIEJO.....y FELIZ PRESENTE!!!

GGss

lunes, 27 de diciembre de 2010

Hace calor...adentro y afuera

puede ser que otra vez no sea cierto, pero siento como el fuego me quema por dentro

Hace calor. Adentro. Afuera. Entre las paredes. Entre los huesos y músculos agotados después de dos días de exposición a los avatares de la vida familiar y a casi una hora de hacer el viejo y jamás pasado de moda “remolino” acuático. “Hace 20 años que hacemos lo mismo”, dice mi tío. Sí, puede ser, hace 20 años que nos divertimos de la forma más barata que jamás se haya inventado: entre muchos.

Hace calor. Es lunes. Acá no hay muros ni escapes de colectivos humeantes, no hay taxis veloces ni mil ventanas al pasar. No hay nada pero se ve algo allá lejos, un poco más allá del horizonte. Las torres y otras yerbas que poco a poco van convirtiendo a mi querida Rosario de la infancia en un lugar cool, se mezclan con el smog y los factores aromáticos del momento.

Hace calor. Calor por doquier, irreverente, enfermizo, opaco, húmedo, con olor a fin de diciembre, con empacho, con cara de goce. Calor que hace cola para entrar, que quema cualquier intento de pensamiento coherente, que derrite las entrañas y anima cualquier fantasía. Calor dantesco, calor anarquista, calor a secas.

Hace calor. Es lunes, lo dije. Empecé insomne, con esa maldita sensación de tener ideas a chorro saliendo de mi cabeza pero diluídas. Ideas fóbicas del papel. Ideas que como los sueños, sólo resplandecen en la mente, su mejor hogar. Quiero escribir, tengo mil historias para contar pero ni siquiera pude llegar al nudo de la que empecé hace un tiempo. Nada ayuda: ni el clima, ni los demonios internos.

Hace calor. Lo que dicen inútil y amarillentamente los que están más allá de las pantallas no ayudan. El odioso número 39 seguido de la simple y más fea del curso palabra “grados”, tampoco. La hibridación aire acondicionado (se nota que escribí la tesina en esta época) no es suficiente. Nada sirve para extinguir el calor, más acá o más allá de cuerpo. ¿Cómo apagar un incendio mental?

Hace calor. Los perros están tan tirados como las alegrías que hoy lloraron antes de chamuscarse. Trato de pasar los minutos entre agua, J.K.Rowling, agua, teclado, agua, sueño, agua, otros libros, otras historias, agua. Pienso que quiero escribir a más velocidad pero no puedo. Pienso que quiero escribir más historias pero no puedo.

Hace calor. Pienso que el gordo Noel no me trajo ni el clon de Matthew Gray Gubler ni el trabajo ideal, soñado y por momentos lejos de la civilización que le había pedido en la carta. Lo perdono, seguro se perdió mis deseos en algún piquete intergaláctico. Lo voy a esperar, quizás el 24 próximo hasta me traiga de la mano un editor que tenga ganas de leer lo que escribiendo para aliviar la demencia. El gordo sabe de las locuras de la gente común, quiero decir: argentina, bipolar y contradictoria, pero algo optimista, amiguera y soñadora. Sabe también que aún desde las alturas acá abajo algunas cosas pueden seguir pasando.

Hace calor. Me doy cuenta que uno intenta parecerse en algún punto a quien admira, pero no sabía que tanto. Reflexiono, vuelvo a pensar, me estoy volviendo más alleniana que nunca: fobias por mil, histeria, personajes perdedores y psicoanalizados en cada historia. El consuelo es que al narrarlos, los monstruos mentales, en fin, la neurosis nuestra de cada día, se hace más llevadera, hasta grandiosa.

Hace calor. Sigo soñando, sigo queriendo seguir escribiendo, lo hago, lo vuelvo a hacer. Los pensamientos van viajando, se transforman, se hacen visibles. No está todo perdido. Son como el agua del río, viajan incansables, nómades, hijos perdidos fruto de la mezcla de racionalizar todo y enloquecer en el intento y querer habitar mundos paralelos y fantásticos.

Hace calor. Hago una pausa. Sigo confiando en el poder de las palabras que ayudan en la tarea imposible de entender la vida. Estoy acá, hace casi 27 años que estoy acá, parada. Algo tengo que hacer con esto. No puedo dejarlo ir. No sé qué será de mí en un tiempo. De dos cosas estoy segura: voy a seguir escribiendo hasta morir y voy a hacer de esa banana pasada de la heladera un licuado helado digno de ser tomado en la pelopincho de un patio, mi patio, el que mira a Rosario y lo saluda de lejos. Lo dije: hace calor.


GGss

viernes, 24 de diciembre de 2010

El mesías Potter y la e-lección de NaVIDAd

"Each man's life touches so many other lives" Angel Clarence

("Qué bello es vivir!" - 1946)

Siempre consideré a la Navidad como un instante divino de reflexión más que de reflexión divina.

Esta semana de diciembre, calurosa, sudorosa, pegajosa, laboriosa, se me hizo difícil tratar de poner en palabras lo que se me iba pasando por la cabeza. Entre lo cotidiano y lo que pasa más allá de casa, entre el hacer y el deber hacer, entre lo que pasa dentro de los muros de este territorio hermoso y adictivo que algunos llamamos país y lo que se intenta comunicar teñido de color amarillo, ayer tuve un pequeño instante.

Atareada por los demonios nuestros de cada día, intentando ponerle onda al clima, con el cuero rostizado y algo triste por el deceso de varias plantas gracias a la capa de ozono, tuve un momento. Me sumergí en el que de ahora en más llamaré "my little (very little) paradise", en un rinconcito del patio, durazno bastante verde en mano y con los pies en el agua. Elevada desde la colchoneta inflable, recostada sobre mi pequeño placer burgués, mirando las nubes que iban llegando al baile (para brindarnos posteriormente un alivio), y con el sólo sonido de la naturaleza y las risas de mi vecino de 10 años del otro lado del tapial, me puse a pensar.Y el pensamiento genera más pensamiento, y más pensamiento genera divague, y el divague de diciembre siempre es bastante cursi.

En ese movimiento neuronal me puse a pensar que el mesías, aquél que llegó para salvarnos, nació también y hace no tanto en el valle de Gondric. Fue muy esperado, fruto del amor de James y Lily. El no sabría que sería especial hasta 11 años después. Llevaba también un gran estigma, tenía la forma de rayo y estaba en su frente. Pero este mesías, aunque renegó de ese aura que habían instalado sobre su cabeza y espalda, nunca se aprovechó de ella. Muy al contrario, siempre estuvo al lado de los más necesitados de todos los tipos de bienes: materiales y emocionales, incluso defendió con su propia vida a los “sangre sucia”, los impuros, los que muchos no querían admitir muros adentro y varios hubieran apedreado.

En el camino tendría que llevar muchas cruces, la mayor de todas: vivir con los Dursley’s, los peores muggles de la historia. Tendría que enfrentarse al Innombrable (de los mil nombres): el Señor Tenebroso/el Señor Oscuro/Tom Marvolo Riddle/Lord Voldemort, quien había querido matarlo tiempo atrás. Pero Voldemort representaba un reto cotidiano, era su propio demonio. Eran parecidos, compartían varias aptitudes...

Este niño sensible y por momentos inocente, se iría abriendo camino por el sendero de la vida. Aprendiendo de la experiencia constante, metiéndose en muchos problemas, golpeándose una y otra vez contra la pared. Pero aprendería en poco tiempo la lección más grande de todos los tiempos: que como decía Christopher McCandless “happiness is real only when shared”.

Ese pequeño gesto que se transformaría en vivencia, que se transformaría en forma de vida, que se transformaría en consejo y que se transformaría en legado, empezaría a llegar a cualquier muggle que de este lado tuviera el tiempo y las ganas de compartir su tiempo, vida y locura con este niño.

Su enseñanza para la eternidad sería no sólo que vivió por el amor de Lily y James que desplegaron sobre él esa noche de Halloween, sino que, como le dijo el angel Clarence a George Bailey en ¡Qué bello es vivir!, nadie jamás fracasa si tiene amigos. Y entonces la amistad, valioso tesoro, es “ese ama a tu prójimo como a ti mismo”, y entonces creo que ahí está la navidad, en ese intento de re-nacer de nuestras propias cenizas, como Fawkes el ave fenix de Dumbledore, para ser mejores. Y si soy mejor con otros, en ese intercambio seguro alguno bueno surgirá. Este niño, más allá de lo que llevaba sobre sus hombros, no sería nada sin Ron, Hermione, Neville, Seamus, Sirious, Remus, Dumbledore, Minerva, Hagrid “el sucio”, Dobby el elfo, y la grande-especial-numerosa-grossa-humilde-cómica-colorida-grandiosa familia Weasley, los más fascinantes magos de la comarca, esos seres de pelo colorado que cualquiera pagaría para tener de parientes (o por lo menos quien suscribe).

Después de todo, podemos ser o intentar ser lo que querramos, podemos luchar con nuestros propios Voldemorts, podemos acarrear mitos fundantes sobre nuestras espaldas, pero lo más importante, retomando a Dumbledore es que: "no son nuestras habilidades las que definen lo que somos...son nuestras elecciones".

Qué importa el clima, los regalos, el árbol, qué importan los ritos y las comidas hasta empacharse, si lo que importan son las elecciones, lo que nos define, lo que llena y va escribiendo el libro de nuestra vida. Acá otra escena, esta vez un regalo (con la respectiva traducción más abajo) de Woody con amor:

“Todos nos enfrentamos en nuestras vidas con decisiones agonizantes, elecciones morales. Algunas son a gran escala, la mayoría de estas son inferiores, pero nos definimos según las elecciones que hacemos. De hecho somos la suma de nuestras elecciones.

Los eventos se desarrollan tan impredeciblemente, tan injustamente.

La alegría humana parece no haberse incluido en el diseño de la creación. Solo nosotros, con nuestra capacidad para amar le damos sentido al universo indiferente.

Y aún así, la mayoría de los seres humanos parecen tener la habilidad de seguir intentando, e incluso encontrar placer en la cosas simples, como su familia, su trabajo, y en la esperanza de que las próximas generaciones quizás entiendan más”

(Crimes and Misdemeanors - Woody Allen - 1989)

Avisé que estaba cursi.... Sepan disculpar.

Feliz re-nacer

Feliz elegir

Feliz amar lo que somos

Feliz amar a TODOS los otros

Feliz AMAR-nos

Feliz Navidad

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ !!!!!!!!!!!!!!!!




GGss

domingo, 19 de diciembre de 2010

Be kind, Rewind

“The past belongs to us, and we can change it” Miss Falewicz (Mia Farrow)

Hacer una película sobre los procesos y las pasiones, hacer una película sobre el cine como acto creador sin mediar fórmulas, hacer que enaltece eso que decía Aristóteles de que cualquier hacer que implique una nueva creación (desde una pintura al óleo hasta una torta de coco) es una forma de arte, hacer una película que sea un manifiesto de amor al cine de todos los tiempos y todas las formas. Hacer una película que mueva nuestras neuronas y nos haga reflexionar sobre el hacer y sobre el valor, sobre el valor y sobre el hacer; sobre el valor del hacer. Todo intenta Michel Gondry con Be kind Rewind.

Mike y Jerry son dos amigos que viven en algún lugar de New Jersey. El primero, algo tonto pero responsable trabaja en el videoclub del Sr. Fletcher, el segundo vive en un tráiler y se la pasa haciendo las cosas mal (supuestamente mal). Un día, intentando sabotear la central de energía vecina a su hogar (alegando que ésta le está derritiendo el cerebro), sufre los efectos de una magnetización, hecho que provoca en su visita a su amigo Mike al videoclub, la destrucción de todas las cintas del Sr. Fletcher.

Sumidos en la desesperación y sin entender al principio las quejas de los clientes, empiezan a filmar escenas de las películas que les van a alquilar para ver si pueden recuperar la pérdida, creyendo en la ignorancia de algunos vecinos. Pero la comunidad empieza a pedirles cada vez más de estas cintas que Jerry llama “suecadas” sin saber bien porqué…

Desde su nombre mismo, este film nos ofrece dos caras, dos posibilidades de ver. Rewind es rebobinar pero en los créditos aparece por un segundo como Remind, y luego la M se transforma en W. Remind es recordar, tener en mente (mind). ¿Qué es lo que recordamos de cada film, eso que nos hace querer rebobinar para volver a verlo? El nombre hace alusión al nombre del video club del Sr. Feltcher, uno de esos lugares que seguro muchos guardan en su chip mental, con la videocasetera en el mostrador para rebobinar las cintas antes de alquilarlas.

Pero en eses recuerdos ¿no hay un valor agregado? Nuestros propios recuerdos, nuestra historia, nuestra empatía por alguna razón con un actor, personaje, toma, escena, tema, banda sonora o film… ¿No nos re-creamos para nosotros mismos todo el tiempo lo que vemos, construyendo nuevas historias? Cualquier acto creativo conlleva la cita de la cita de la cita, todas las versiones de Los Cazafantasmas son igualmente sublimes. “A mí me gusta más la mía”, dice Jerry.

Aunque del 2008, este film es a-temporal, porque aborda un tema que está más allá de cualquier asociación tecnológica. ¿Qué es original? ¿A qué llamamos arte?

Gondry seguro es lector de Alessandro Baricco. Sus personajes habitan ese reino mágico de la demencia en el que no existen los originales (mal que le pese a Sigourney Weaver), donde todo es posible, todo se recicla, se re-elabora, se re-significa mediante el hacer colectivo. “Yo también quiero ser una inadaptada. No son simples remakes. Son mucho más creativas”, les dice con énfasis Alma a Jerry y Mike.

Así, uno a uno se van sucediendo grandes obras del cine, suecadas de King Kong, 2001, Conduciendo a Miss Daisy, (hasta El rey León), que esconden nada más y nada menos que las ganas del director por expresar su amor y devoción hacia el oficio de contar historias, pero también de reflexionar sobre la capacidad de la mente para elaborar a partir de la afectación, de todo aquello que marca, y la condición personal, subjetiva y jamás dada de ver el mundo y construir realidades.

Lo más importante es lo que se narra, la historia no es más que lo que se pone en el relato, ahí está su maravilla. No hay constantes, todo cambia al segundo en que es retomado y re-narrado. “Qué importa si es un 6 o un 9”, le discute Jerry a Mike en la primera escena, si lo genial es lo que expresan cuando se los pone en la imagen, cuando se les da vida mediante la acción.

Como le decía a Vane a partir de su publicación (casi un manifiesto de amor hacia las suecadas), para mí decir suecada sería lo mismo que decir “derrapada”, porque implica locura, pasión y trabajo compartido en el proceso creativo (más allá del nombre), y porque la historia surge de todo eso puesto en acto.

El cine quizás sea como el dicho de la casa: qué importan cuatro paredes si lo que vale es la vida que le dan quienes la habitan. Y seguirá vigente mientras allá y acá haya apasionados capaces de seguir moviendo el avispero hecho de celuloide, haciendo algo tan maravilloso como contar historias.


GGss

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Nunca fuimos retro

"El paso moderno del tiempo no es más que una forma particular de historicidad. ¿De dónde sacamos la idea de un tiempo que pasa?" Bruno Latour

tiempo, dile a la lluvia...

(La intención era llegar a otro tipo de reflexión, más teórica y más seria sobre le tiempo...pero será en otro momento. Como siempre, me gana el desequilibrio!)

Todo empezó con una nota que leí al pasar a la que no sé ni cómo llegué, y digo al pasar doblemente porque la encontré pero fue tan aburrida que seguí de largo. Un periodista, en una actitud “descrubrí América”, reflexionaba sobre los artefactos de todos los tiempos, que pueblan nuestro día a día, con los cuales nos valemos para accionar. A pesar de la pesadez de la nota la leí completa esperando la mención a Bruno Latour. No fue así. Latour nunca apareció. El periodista se ve que quería demostrar que en el fondo siempre quiso tener un negocio y cada tanto hacer un inventario.

Se lo perdoné, Bruno no es tan conocido, ni siquiera en los cerrados círculos académicos, y en algún punto lamenté que ese pobre tipo con chapa de periodista no lo conociera. Porque se sabe, toparse con Bruno es enamorarse y apasionarse a primera vista. Muy pocos son tan afortunados como para tener semejante talento. En realidad, ¿qué francés no despierta sentimientos de algún tipo, de cualquier tipo? Pero no me quiero alejar de lo que quiero decir (cómo le cuesta al comunicador seguir una línea!).

Ya era sábado a la tarde. Los planetas parecían congeniar para la extraña metamorfosis que vendría a continuación. Una negra tormenta cargada de granizo y gotas gordas cayó sobre el patio de casa, dejando varias plantas en terapia y cortando el respirador de la energía eléctrica. Por consiguiente, me quedé sin red. Pensé: toda mi actividad recreativa se relaciona con esta hibridación hombre-electricidad…es el fin.

La desesperación casi (o totalmente) neurótica no duró más de diez minutos, al rato ya había encontrado algo que hacer. Un libro me guiñaba el ojo desde la mesa. Un mago arriba de una Nimbus 2000 me miraba desde la tapa. El elefante hindú marcaba hasta la hoja 152, quedaban aún 103 por ser leídas. Además, el mismo mago más crecido y sabio me hacía señas desde otro libro de tapa verde desde la biblioteca, como apurándome para sumergirme en su mundo, y él en el mío.

Todavía había plena luz, así que me interné en el castillo en lo alto de la colina, ese que está a orillas del lago negro. La luz volvió al rato, la red no, pero nada importaba. Ya había sacado el ticket, estaba lejos de casa.

El domingo brindó toda la luz que el sábado no pudo. La red seguía lejos, “fuera de servicio”. El almuerzo familiar y familiar político fue precedido por la ida a lo de la nonna Velia. Hicimos el check de cada domingo: cigarrillos, llaves, abrigo, dientes. El viento todavía soplaba el frío del sábado, y mi ojo pronosticador había fallado una vez más. Le pedí permiso para internarme en su placar y elegir algo. El placar de la nonna es uno de esos lugares en los que puede haber desde dragones y conejos blancos hasta zapatos de rubí. Lo racional escasea pero lo fantástico se presenta en mil colores y formas de todos los tiempos. Me probé varias prendas y terminé con una campera de un color que no sé describir. Una especie de té con leche mezclado con sambayón hecho con huevos de cáscara blanca.

“Quedatelo nena”, “En serio”. En otra época quizás me hubiera reído o avergonzado, sin embargo, no podía sentirme más feliz!

Descubrí el mundo oculto detrás de usar ropa de las abuelas. Ya era reincidente en el tema: la nonna me había regalado un camperón de lana que ella misma había tejido años luz atrás (el más abrigado de mi placard), y la abuela Enri (que en algún lugar debe estar peleando a alguien y haciendo torrejas de acelga), me había regalado un delantal de cocina y unas medias.

Vestirse con estas prendas es como llevar los recuerdos materializados, o tener anécdotas en los hombros. Es raro, es loco, es lindo.

En la mesa, mientras degustábamos el asado, los duraznos con dulce de leche y la torta marmolada con café, la nonna no paró de decirme orgullosa, “es como si hubiese sido hecho para vos”. Y hay veces que te pueden decir algo mil veces, pero ciertas personas tienen un aura discursiva única y emoción-ante.

Para completar la jornada, la tarde nos regaló las cuadras de la Feria Retro. El viento no acompañaba pero la gente en diversos colores, los perros demostrando ser los mejores amigos del hombre y el aroma pororero hicieron de esas horas algo más que una cabeza (muy) despeinada.

Fue ahí que se me vinieron a la cabeza todos juntos y en composé: la nota del periodista, Bruno Latour y Marshall McLuhan. Ver tantos estantes con tantos artefactos, tantas asociaciones des-asociadas y vueltas a asociar, tantas formas de arte, tantos híbridos re-calentados. Fue como que mi cabeza se transformó en una sopa moderna.

Qué somos sino mezcladores de tiempos, diría Latour. No podemos clasificar épocas porque constantemente estamos mezclando tendencias, modos de, “decires”, palabras, retazos de tela. Lo que antes era nuevo, hora vuelve a serlo si lo usamos, pero con un halo de viejo, se recupera como una forma de arte decía Marshall. Y qué somos nosotros sino arboles llenos de ramas multitemporales, con brotes que crecen de esa mezcla, de ese mix de tiempos. En el medio se delibera qué es lo que va, pero: ¿a quién le importa? Puedo usa una campera de mi abuela que capaz data de los 70’s, un pantalón que tiene unos meses, unas guillerminas del 2007 y unos genes que tienen millones de años. Puedo todo y a la vez y cada vez en un nuevo rodeo. Eso desintegraría el concepto que se le da a moda y a retro. Vivimos en un constante y cotidiano retro.

Es ese mezclar y re-crear el que nos convierte en verdaderos actores….

El sol ya estaba más allá del horizonte, el viento nos decía que ya era hora de regresar. Una lágrima, un carlitos y un puesto de bonsáis serían el broche de un fin de semana en el que, al contrario de lo que creí en un momento, no me volví más esto o más aquello. Descubrí que además de los nuevos lentes de sol nacarados y made in China, hay algo más que me une al Dr. Spencer Reid (y en realidad a Matthew Gray Gubler): el amor por las cosas familiares que llevan inscriptas historias (creo que igual él superó cualquier "intento de" con los lentes de su tío). Aunque sin duda lo mejor llegó de la mano del imán de Alfred Hitchcock con su claqueta de Psicosis, que ya me mira desde la heladera y me dice: ¿"Cuando empiezan a filmar algo de suspenso”?

Al fin y al cabo, el amor hacia los otros de ayer, de hoy y de siempre también nos vuelve a-temporales…


GGss

lunes, 29 de noviembre de 2010

Se fue Leslie....se queda Frank

No voy a hacer el típico recordatorio a las estrellas ni mucho menos….realmente no tengo ganas.

Pero bueno, hoy amanecí con esta noticia y tenía ganas de escribir algo, todavía no sé qué, así que le haré caso a los dedos, que siempre que se encuentran con el teclado se ponen ansiosos y no pueden dejar de moverse.

Ya era grande, pero el hecho de que quizás viviera más en el recuerdo estando vivo que en la vida real hizo que uno pensara que nunca iba a pasar. Para nosotros, los de veinte o treinta y tantos, siempre será el teniente Frank Drebin. Siempre tendrá una presencia más netamente diegética. Por eso (personalmente) me pareció rara la noticia, porque creo que nunca asumí que había pasado el tiempo, nunca registré que las células de ese hombre envejecerían….como las de todos al fin.

El combo de recuerdos de la niñez no estaría completo sin la saga, probablemente con la que casi todos lo conocimos, de La Pistola Desnuda (Naked Gun), la trilogía que se realizó después de la serie de sólo 6 episodios Police Squad! que ya lo tenían en la piel de Frank. La historia en ambos casos era el retrato en tono de parodia del mundo policial estadounidense. Era la época…las locas academias abundaban en el mundo del cine.

Hablar de Naked Gun es hablar de un tiempo en que hacer humor era tan simple que hasta rozaba la tontera. Humor simple, humor puro, humor ochentoso…humor al fin. Humor hilarante, humor visceral, humor de piel más que de mente, humor de escamas más que de neuronas….humor al fin.

Humor llevado al extremo de la ridiculez, sobre-exigido, sobre-expuesto, exagerado, archi-pictórico, redundante, bobo, humor de viejo sentado cómodo en el sofá. Pero una clase de humor que como tantos exponentes del mundo del cine nos sacaron carcajadas, tsunamis de risotadas, cataratas de lágrimas producto de las escenas que tontamente retrataban simples situaciones de gente algo mayor.

Humor que habita en los recuerdos, humor ahora hecho bits que se comparten, humor en pedazos de escenas memorables, humor como pedazos de pastel (como decía Hitch del cine), humor que a partir del lenguaje de la risa (como el del abrazo), se hace universal, sin fronteras.

Sin dudas el cine DICE y mucho, transmite, expresa, representa, pero también demuestra que le cine también ríe. Por eso más que un minuto de silencio valdría la pena recordar algún pedazo de recuerdo que nos haya hecho reír. Alguna escena que valga la pena revivir….

Porque las personas se recuerdan sobretodo por la capacidad de afectarnos y producirnos cosas en ese toque de cuerpos (virtual, presencial, de cualquier manera!!!)

Para mí este hombre siempre será la risa al borde de las lágrimas de mi viejo sentado en la punta de la mesa cualquier tarde de domingo….no es poco.

GGss

martes, 16 de noviembre de 2010

La grasa de las capitales

"Un paseo con amigas mas mas que copadas y un profesor chiflado, por la ciudad autónoma de las rejas" Agus Machiavello

Aún abajo del colectivo, nuestras mentes ya estaban en esa ciudad de avenidas anchas, bares nostálgicos y rejas por doquier.

Casi sin saber bien a dónde íbamos, complicadas, confundidas, expectantes, hijas del rigor de la teoría y la práctica, nos encaminamos. Bolso en mano, no-humanos al hombro, nos empezamos a dejar llevar y afectar por todo lo que iría emergiendo.

El viaje de ida ya había empezado en composé con los que vendría los siguientes dos días. En coche cama (algunas del grupo rozan los 80 años), primera fila arriba, con ventanas al mundo exterior, salimos el soleado, calurosos y ansioso viernes. Los bizcochitos Don Satur (siempre están) salvaron el resultado de nuestra confianza en las empresas de transporte, y los canticos propios de gente casi góspel, amenizaron los kilómetros de verdes praderas y sueños de papel.

Series, grandeza de algunas hormigas, chismes, academia, derrape, política, todo era adornado por Soft Kitty, que Mazzeo se había ocupado de pegarle a la gente días antes (y en la web, se sabe, todo es estornudo).

El último tramo, cada una eligió la soledad del pensamiento y el sueño de todo tipo. Nelly Furtado, Serú Girán, Edith Piaf, Diego Torres, Corrine Bailey y demás fauna musical, ayudaron al relax neuronal. La vista hizo lo otro, con carteles que ya nos anunciaban la llegada a uno de los no-lugares más famosos del país: la Panamericana.

No es Paris/Texas….es /BuenosAires

La tristeza que se siente en la entrada a Buenos aires cuesta ponerla en palabras. Es cómo un vacío, una sensación horrible de no-pertenencia, de soledad. Tantos carteles que no dicen más que: nada.

Y Capital es una ciudad que cada vez que vas te sorprende. Creo que no podría vivir más que 5 días (extrañé los grillos), pero el hecho de estar sabiendo que no me pertenece, me hace disfrutarla, admirarla, quererla. Los aires son más que buenos en este lugar, ese “no se qué” parisino is everywhere. Cierro los ojos y vuelvo a París. Las cúpulas, las calles escondidas, el Art Noveau, los marcos, los bares en la vereda, los malvones y hiedras, la convergencia de estilos en todos los sentidos posibles, las plazoletas, las iglesias, el verde mezclado con el gris, el sol de a ratos….sentía la grata sensación de transportarme otra vez a esa ciudad.

Andar por San Telmo es tener un déjà vu constante, es caminar por Montmartre una y otra vez; es pensar en imágenes, es ver por los ojos del cine y hacer del discurso poesía de colores (me puse épica, vuelvo).

Nuestro destino era St. Nicholas, un hostel que tuvo más de hermandad que de pulcritud. Asumo que el turista promedio pasa por el mismo proceso sentimental cuando va por primera vez a un hostel: alucinación “guau, mi primera experiencia hippie”, detallismo extremo “la almohada podría ser más gorda, el colchón más mullido, el desayuno más completo, el baño más limpio, la puerta más segura, el wifi mejor, etc”, decepción posterior “qué cagada, por qué no reservé en el Faena”, negación “esto no puede ser, me quiero ir”, conformismo “e’ lo que hay”, falso consuelo “podría ser peor”, aceptación empática “y bueno, por lo menos la pasamos bien y dormimos todos juntos” (que no se malinterprete, bajo el mismo techo).

Igualmente, nada fue comparable al calvario sufrido por nuestro roomie Marcelo “bendito serás para la eternidad” De la Torre, que tuvo que conjugar sus costumbres de hombre “serio” que se levanta temprano, con la de 5 personas que no lo son ni serán never…..fue por eso que se armó una especie de baticueva abajo de la cucheta para que nadie interfiriese en su sueño ni su lectura… Insisto, una mención especial para este ser humano!

#pgutenberg

Por lo demás, todo lo que rodeó a las jornadas estuvo cargado de sentimientos encontrados de alegría y ganas de más (para una nota ampliada y detallada sobre este evento, sale el Tattler en breve). El CCGSM recibió cantidad de mentes ávidas de compartir sus trabajos, ideas, proyectos, pensamientos. Idiomas varios, estilos e intentos de llegada bastantes diferentes enriquecieron cada momento. Las intervenciones de los Interlúdicos le sumaron un enorme plus de flexibilidad a cualquier intento de estructura postural, argumental y expositiva, Sylvie Duran haría el resto casi al final de sábado, haciéndonos participar de una seudo clase de yoga (en la que lo principal era relajar “el culito”), cosa que podría haber hecho si no hubiese estado parada al lado de mi amiga Botta y su “encuentro de dobles por doquier”.

Personalmente rescato de algunas presentaciones: la capacidad del chileno Andrés Duran para decir en imágenes y silencios, lo hilarante de Rafael Cippolini y la patafísica (no es joda, se llama así), sin contar la remera del Dr. Neurus y Larguilucho que despertó la envidia en un par de presentes, y la buen onda y el “me prendo a lo que sea” de Brian Lamb.


Marche un checo en bandeja

Hubo de todo, hasta proyectos que sólo 4 personas se animaron a twittear y retwittear. Como el gadget ideado por el checo Prokop Bartoníček, un vibrador conectado a internet que arroja data estadística sobre usuarios conectados a sitios porno. Todos le temían al pobre joven alto y oscuro, un real caja de pandora caminante. Nadie decía nada, incluso Luz Pearsons esbozó “me da lástima, nadie le hace ninguna pregunta”. Cualquier duda podría dejar mal parado a cualquiera. Hubo gente que incluso dijo en voz algo alta “es simplemente un pajero”. En fin, lo que demostró es que en el siglo XXI el sexo sigue siendo más tabú que otra cosa...

Egocidio

Un par de egos por el aire, alguna que otra mala onda, la señora brasilera a la que algunos le propinaron un “cállate, cállate que me desesperas”, uno que leyó tipo amateur presenter (era tímido, en algún punto hasta lo entendí), la gente de Zemos98 cuyas propuestas fueron interesantes, lástima que no quisieron tratar de entender lo que decimos cuando hablamos de “derrape”…una pena.

También hubo tiempo para el Edupunk y para los breaks con café y masas, para extender relaciones más allá de la red y crear otras, para la risa y la reflexión, para las perlitas, la pizza, la fainá, la terraza del hostel y los pufs.

La grasa de las capitales estaba presente, en la calle, en la percepción, en las contradicciones y actitudes del zombie estándar. La grasa está, pero el desacato también. Las rejas y las palomas habitan los lugares, se hibridan, se ganan los límites y los traspasan.

De twitter a las conversaciones antes de dormir, todo fue dejando huellas, sobras de lo que vendrá a futuro, retazos de memoria que quedarán grabadas a fuego. Hay mucho que seguir pensando y sobre todo, HACIENDO.

Es difícil poner tanto en algunos párrafos. Qué más decir, volví a sentir eso que se siente en Buenos Aires, una sensación de no poder alcanzar, es como el inconsciente, siempre se corre, no podés llegar nunca a controlarlo. En Rosario todo queda más cerca… El tiempo no nos permitió el turismo, sólo algunas caminatas por Av. de Mayo, Congreso, Plaza de Mayo, el Obelisco, calle Corrientes y un small city tour con Marcelo por San Telmo y Puerto Madero.

Encontrarla tan sucia fue un bajón y tan enrejada también (hubo varios indignados en el grupo). Torres de basura por Corrientes, hibridadas con Thelma Biral y Nora Cárpena saliendo del teatro (a quienes Mazzeo se ocupó de llevar por delante), plazas cercadas hasta el hartazgo, monumentos vandalizados. Una pena, pero sería ignorante pensar que sólo ocurre acá. Lo banal se mezcla con lo sublime en todos los rincones del planeta.

El momento bizarro

Ir con Agus al baño y que encima de entrar al de hombres se quede encerrada, hecho que llevó a decirme “es mi oportunidad de cumplir el sueño de abrir puertas como los agentes del FBI en las series”. “Ponete contra la pared” le dije, sin que la pobre Machiavello entendiera lo que pasaba. El golpe sonó tan fuerte que vino una mujer policía a ver qué pasaba, quien al son de “que la femenina abandone el lugar y espere afuera”, me echó. Finalmente, el señor de mantenimiento junto con otros 3 policías pudieron rescatar a la pobre y al borde del ataque, Machia.

Moraleja: en USA todo es de madera balsa…en Argentina no!

Bonus Track:

La vuelta a casa nos regaló otro momento cinéfilo añorado: decirle al taxista: “Siga a ese auto” (íbamos en dos vehículos negros y amarillos, that’s why)….sin palabras.

¿Qué aprendí?

-que sigo amando a Canadá

-que hay que ir a Praga

-que la humildad sigue pagando mejor

-que si buscan buena pastelería, vayan a La pasta frola

-que adoro la honestidad bruta de Gise, las ganas de Vane, el humor demente de Gabi, la locura de Agus, la constancia del "rey de Twitter" Hernán, el cholulismo tierno de Anto y la desfachatez de Marcelo

-que Buenos Aires siempre te abre una puerta nueva

-que siempre hay que ir a los baños públicos de a dos

-que el bozal legal existe

-que no hay como las cosas dulces de Mackey

-que “vos lo pedís, vos lo tenés”: Anto no se quería ir sin cruzarse con un famoso, Baires le regaló a Nora y Thelma

-que el culebrón mexicano siempre está

-que en Rosario, Baires, China o la Isla de Pascua, el derrape siempre se hace presente, se cuela, se adueña……y transforma

-que de tal palo tal astilla

-que mejor un loco suelto pero en mano que cien correctos volando

-que cualquier situación cinéfila puede llevarse a cabo in real life

-que los no-humanos conquistarán el universo con las palomas y los twitts

-que lo bueno, si colectivo, es dos veces bueno!


Como Dorothy

Nos quedó en el tintero visitar Caminito, pero podemos decir que recorrimos un buen tramo del otro camino, el camino amarillo….

GGss

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Mary Connor

El niño promedio nacido en los 80 seguramente en algún momento de sus tiernos años de primaria se vio afectado por la saga de James Cameron, que cuenta la historia de una máquina que viene del futuro a preservar la vida de un joven confundido y derrotista.

Casi augurando una actitud que se repetiría ad infinitum, apañada ahora por las formas tecnológicas de vida y las narrativas reinantes, empecé por el medio. El primer contacto que tuve fue con Terminator 2, allá por el 94. Todavía recuerdo el comedor de la casa de mi tío en Maximo Paz, y el grupo de primos todos sentados frente al televisor. Para los demás fue una peli más, un recuerdo de esos años...para mí en cambio, una vez fue suficiente para sentirme tocada por la historia (y empezar a enamorarme más y más del cine).

Ese ser corpulento, lleno de intervenciones sobre su cuerpo que lo hacían parecer más humano, desfasado para la época, ignorante de los sentimientos...solo. ¿Cómo no quererlo? Desde ese momento empecé a decirle “tío Arnold” (sin connotaciones hacia el actor sin gracia detrás del personaje). Lo sentía así. Añoraba tener un tío con una moto y una campera de cuero que me viniera a buscar y me salvara de una cuasi pubertad llena de preguntas. Deseaba ser parte de esa aventura, escapar, esquivar las balas, ir de bar en bar, de Route 66 en Route 66, de hospital psiquiátrico en hospital psiquiátrico, resbalarme en el ascensor y ser perseguida por un camión con nitrógeno líquido.

De repente, me ví repitiendo como boba “I’ll be back” y “Hasta la vista, baby”. En los juegos de rol era Sarah o la hermana inexistente de John. Quería curar al T 800 modelo Cyber Dyne 101 y escapar por el desierto o alguna oficina llena de papeles junto a Miles Dyson. Le temía hasta el insomnio al T 1000 con sus manos tranformadas en armas blancas (Freddy Krueger un poroto).

Ya más crecida, me acerqué al origen, a la "simple" Terminator. Arnold era otro. Malo, menos hecho mierda y menos creíble. Pero me gustó....

La historia ya había empezado, era imposible volver atrás. De ahí en más, me volví también apocalíptica, como Sarah. Pensaba que algún día llegaría el apocalipsis. Lo esperaba. Empecé a preparame para la lucha contra las máquinas. Cambié mi nombre, dejé de ser Maru, ni siquiera fui GGss. Me transformé en Mary Connor.

Los indicios de un inminente ataque ya era visibles. Los veía por doquier, a mi alrededor. Las malditas PC's estaban dominando sin asco la escena de la información, la comunicación, el conocimiento. Íbamos a perder el contacto face to face, el tacto, los gestos, las conversaciones con olor a chivo incluído. Íbamos a perder el mal aliento del que se te sienta ala lado en clase o en el colectivo, el que te tira el pelo en el boliche o te piropea en la obra en construcción. Era la muerte. ¿Qué iba a pasar con la política? Siempre tan clara, pura, honesta en el contacto, no virtual en el discurso que si te prometía era porque lo decía con el corazón...

En la facultad había muchos enviados. Humanos que Skynet había entrenado para lavarnos las mentes. Formaban una cátedra de la Carrera de Comunicación Social. Con el tiempo, fueron armando un ejército de híbridos preparados para defender la causa.

Intenté darles batalla por este medio (las contradicciones nuestras de cada día). Citaba autor tras autor, ejemplificaba con David Cronenberg, usaba a McLuhan de escudo.

Pero la lucha nunca fue lo mío. Me presentaron a un hombre en una fiesta plagada de proyectores. Alicia caía por el pozo, John Nash sufría de esquizofrenia y Bergson preguntaba por la pauta que conecta. Ahí fue cuando, entre silencios, apareció Bruno, e hice un tour por el mundo de los híbiridos, de esas asociaciones entre humanos y no humanos.

Algo en mi cabeza hizo click. Reensamblé los conceptos, pensamientos, sentimientos. Comprendí en un instante que la tontera de pensar que nos dominarán las máquinas radica en concebirlas como tales, en pensarnos a nosotros como seres neutros, desnudos. Empecé a preguntarme, como Bruno, ¿cuantas hibridaciones fueron posibles para que esté en este momento escribiendo esto? Qué sería de nuestro pensamiento sin el lápiz, la imprenta, el papel, el libro, la cámara de fotos, los rollos y rollos de celuloide, la vela, la linterna, el marcapasos, el desfibrilador, las vacunas, los aviones...y la lista infinita y jamás permanente.

Volví al despojo de la infancia, dejé de creerme superior, empecé a analizar cómo nos transformamos a partir de nuestras hibirdaciones con ellos. Nada es igual hoy de lo que será mañana, todo es nómade. Empecé a intentar pensar mi condición como convergente y no excluyente, pasional más que meramente racional. "Pienso, luego existo" decía Descartes, y me pregunto, ¿no pensamos porque antes somos-con, vivimos en asociación?

Llegaría el momento de la tesina, y elegí contar esta experiencia. Uno de los enviados de Skynet fue mi guía y tantos otros los miembros de una red con tanto ser como encanto. Llegarían Maturana, Koval, de nuevo Foucault, los nuevos híbridos de la biotecnología, la inteligencia artificial y la inteligencia como producto de nuestras interacciones e intercambios.

El gran miedo a la singularidad tecnológica seguirá presente, pero quizás ayude hacer el esfuerzo por empezar a pensarnos como partes de un proceso en continuo movimiento, las riquezas que emergen, lo que vamos siendo como seres. Negarnos a la condición de híbridos nos vuelve un pedazo de carne aburrido y opaco.

Sheldon dice que los cambios son malos, que traen lo peor ("the horror")…me gusta más pensar como Bruno Latour:

“No hay tal in-formación, sólo trans-formación”

GGss

Próximamente: Skynet for Dummies




lunes, 1 de noviembre de 2010

Let the right one in

Oskar vive en un suburbio de Estocolmo. Divide su tiempo entre la escuela y la ventana de su habitación. Se mira, trata de asimilarse, de quererse, de creerse. Practica una y otra vez la respuesta que termine con ese acto de abuso por parte de sus compañeros de curso. Oskar es un "bullied" boy.

Eli es una extraña. Llega, trata de incorporarse. No conoce y por momentos no "se" conoce. Vive entre la aceptación y el peso de ser lo que es. Eli es una vampira.

El patio nevado de esa especie de condominio es el lugar en el que cruzarán las primeras miradas. Desde el momento 0 saben que son el uno para el otro. El sabe que tiene 12, ella sabe que hace tiempo que los tiene. Ella lo mira y empieza ad-mirarlo en menos de lo que jamás hubiese creído.

El cubo rubik será el enlace, la unión, el código morse el lenguaje puertas adentro, el pacto de sangre no será necesario, este amor está (nunca mejor dicho) “más allá del bien y del mal”

Lo dos, cuerpos en penas, almas desoladas que vagan, él con una madre que no lo ve, ella con un padre que sólo sirve para traerle un par de litros de sangre. En sus vidas todo es nevado, blanco, pálido, tenue, silencioso…como connotando sus ausencias para “los otros”. Sólo existen para ellos, para ese patio helado, tan claro como las pestañas de Oskar, invisibles.

Por momentos estaba confundida, pensaba que me había equivocado y estaba viendo Elefante de Gus Van Sant. Esa cámara a veces inmóvil, sublime, esos acercamientos que no hacen más que meternos en esas llagas ardientes, en esos corazones asolados, aislados. El comienzo y el fin con la toma de la nevada en la oscuridad intenta quizás echar luz sobre estas vidas dejadas en el olvido, libradas por momentos al azar, a los azares del bosque del pensamiento y los sentimientos pre-adolescentes.

Las dudas de Eli son más que nada dudas de pubertad, de quién soy y que me pasa, de un te quiero regalado, sincero, directo, con el corazón, sin mediar razones.

Cuando Eli y Oskar se unen ni el universo ni las realidades pueden hacer nada más que mirar atónitos, experimentar ese aprendizaje mutuo, continuo; esas lecciones más de la carne, ese afecto que toca y modifica, transforma. Oskar aprende a quererse más, a confiar en sí mismo. Eli aprende lo que es ser querida, aceptada, sin titubeos tontos, irracionales, occidentales…

La música acompaña, el paisaje penetra por los poros y nos transporta, los personajes más allá de la dupla aumentan nuestra empatía, y la cámara, otra vez la cámara, esa cámara traviesa, que se anima a desobedecer, que se queda quieta y de repente salta al vacío, emociona, hace amar al cine una vez más. Reafirma la certeza de que el mejor cine es el que surge de la pasión….la misma de Oskar, la misma de Eli, la misma de los acontecimientos, la misma de la hibridación...

GGss

Ficha del film en IMDB

jueves, 14 de octubre de 2010

Diagnóstico: u.a.a (un amor anunciado)

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos" Julio Cortázar

Era de esperarse. Sabía que sucedería. Lo presentía en algún lugar de mi ser. No pude evitarlo. Caí.

Me engatusó, me enloqueció, me enamoró, acaparó mi atención desde el minuto 0. ¿Y cómo no hacerlo?

Aunque tarde, logré notarlo entre la grilla, siempre lo pasaba de largo en esa ráfaga llamada zapping, temía caer en la tentación. No tenía tiempo para pensar, no tenía ganas, estaba agotada de tanto tiempo en la isla. Argumentaba no poder seguirlo desde el comienzo, y me perdía en el rompecabezas de las repeticiones que no hacían más que alejarme de ese lugar de New Jersey.

Hasta que un jueves, tarde, quizás producto del agotamiento que surge cuando el dedo gordo se cansa de apretar “next”, sin más que la tristeza por no encontrar nada challenging del otro lado, me dije, me tomo 5 minutos, le doy una oportunidad, quiero ver qué ofrece, quiero ver si es verdad. No sé en qué momento de su vida estoy pero quiero conocerlo.

Me decidí y esos 5 minutos fueron suficientes para no querer despegarme de ese hombre, viejo sólo por fuera…

El capítulo en cuestión se llamaba nada menos que “La elección”, metáfora, paradoja, ironía (como todo en la vida de este hombre). Ese jueves elegí, y creo que la elección fue satisfactoria, transparente, pasional…

La transmedia hizo todo lo demás, facilitó nuestra relación, nos “hizo gancho” si se quiere, nos permitió conocernos más profundamente…. Henry Jenkins será nuestro padrino de bodas!

Ahora me encuentro como en un flashback lostiano, yendo del pasado más cercano al más lejano, esperando ansiosa ver cómo sigue su vida. El presente nos encuentra juntos, con todas las épocas al hombro, mezclados pero felices, juntos y revueltos!

Y cómo no querer a un hombre que odia los grises, que trata de no vivir en la hipocresía discursiva (y no), tan sarcástico como cojo, un hombre que no demuestra emociones pero creo que cuando lo hace le pone todas las fichas a ese sentimiento. Un ser que valora la acción antes que la palabra, que aborrece el “hacer como”, que desestima la peor mentira de todas: la que uno se profesa a uno mismo.

Y quién no quisiera tener un Doctor sin coraza pero con corazón, sin máscara de “rol”, sin risas complacientes ni frases vacías, un doctor sin corbatas ni delantal, sin más que un jean y un par de zapatillas…con la genial motivación de resolver misterios y aprender en el intento.

Nadie es perfecto, él lo sabe…todos luchamos contra nuestros propios demonios. Y sabe bien que como dice Stephen King: “Monsters are real, and ghosts are real too. They live inside us, and sometimes, they win”.

Aunque chocante y seguramente insoportable, sería interesante compartir tiempo con alguien que recalque nuestras debilidades una y otra vez, sin lástima ni sentimiento de culpa, sería difícil de sobrellevar pero quizás curaría heridas….a veces es mejor tirar alcohol en una lastimadura y dejar que se seque antes que ponerle una curita (obviando que en la humedad debajo se criarán nuevos gérmenes).

En fin, lo elegí. Lo quiero, lo admiro, me divierte, me hace pensar, me hace reír, me obliga a replantearme que no quiero parecerme tanto a su amigo Wilson (que siempre analiza sus acciones una y otra vez, intentando ser complaciente y parecer bueno). La mía fue una elección, sabiendo que aunque me defraude, bien valdrá la experiencia del tiempo compartido y las palabras usadas en el momento justo, sin desperdicio retórico.

No sé qué pasará, pero mejor dejemos que le destino conduzca la moto…lo único que sé es que, Gregory House: “mi casa es tu casa”.



GGss

lunes, 30 de agosto de 2010

Un lunes...tan sólo un viaje

Un lunes de locos me dije una y otra vez…un lunes de locos.

Volviendo en el colectivo intento seguir leyendo Seda, voy por la página cincuenta y tanto pero algo me detiene, dos cordobeses se suben cerca de la Facultad de Medicina y se sientan justo detrás de mí. Me cuesta concentrarme en la vida de Hervé Joncour, lo intento, pero me cuesta.

Unos metros más adelante decido cerrar el libro, ya habrá otro momento para seguir explorando la vida de ese francés, por momentos tan parecida a la de cualquiera de nosotros...

Los cordobeses hablan del mal de chagas y yo pienso que mi único mal en ese momento son esas palabras ruidosas, con el sólo encanto que acompaña una conversación entre amigos.

El chofer apaga la luz y llega una cierta calma. Decido ponerme a pensar, relajar los músculos, pienso en el día, en el frío gris y ventoso, la labor colectiva en lo de Vane, en cuánto nos reímos hasta casi no poder respirar, pienso en lo que hablamos, de la vida, como siempre, de nuestra lista de tareas pendientes, de lo que queremos hacer, de lo que queremos ser…de que no sabemos hacia donde queremos ir pero sí hacia donde no queremos….

Sigo pensando en qué será de esta vida, que siempre te da lo que ni se te había ocurrido pedirle y te hace desear hasta el dolor lo que le pedís, pero me doy cuenta que sin querer uno va teniendo y haciendo todo eso que deseaba, de alguna manera, casi natural, casi pasional…incluso que la vida es eso, vivir, nada más ni nada menos...

Reflexiono sobre lo que no fue, sobre lo que pasó casi sin dejar marca, sobre lo invisible que podemos llegar a ser, sobre la estructura que me marcó tanto tiempo, y de inmediato me acuerdo del Tattler y de ese hacer adorado que es escribir, de ese deseo que ya se ha transformado en un impulso tan esencial como es el de respirar, de hacer magia con las palabras...de intentar ser artesanos, en todo lo que emprendamos.

Me acuerdo de la torta marmolada del cumpleaños de Vane y de los mates amargos de Paula que saben a cálido, a compartir, a amistad, de los potus que llegan hasta el cielo, de José leyendo a Latour de mil maneras, de Gise que va y viene con Titán, de Vane siempre cómplice de mis locuras, de la hora que nos apura y flagela, de la vuelta a casa caminando a ritmo de cuarteto con José... y mi mente vuelve al mismo lugar: el colectivo.

Sigo mirando por la ventana y veo más allá, en los caminos, los trayectos, lo que uno emprende siempre con otros, pienso en los amigos, la gente que siempre da la mano, los que llenan los espacios muertos de vida y los tiempos errantes de felicidad…

Me pongo a pensar en que hasta ahora no valoré las mañanas, pienso que aunque no me acuerdo nunca, soy feliz. Pienso en las petunias violetas y fucsias que hacen que el ventanal sea una fiesta, en ese aroma a primavera temprana, precoz. Pienso en los malvones, en cuántos que hacen de mi jardín un verdadero edén, en cuántos nacieron, en los que tienen pimpollos, pienso en esa caléndula que ya me dio una flor, en los tallos que están rebrotando, en las fresias, las rosas rococó, en la hiedra lila que era de la abuela y decidió crecer por acá también…

Pienso que las plantas siguen siendo grandes maestras: las que alabo demasiado se marchitan, como diciéndome que el ego (aunque sea ajeno) no es bueno, y aquellas en las que menos confío, aquellas que me miran desde aquel claro o este rincón, aquellas que dejé casi a la deriva, desconfiada, entre triste y melancólica, están sacando nuevos brotes, tienen vida, me sorprenden todos los días, me demuestran que se puede. Pienso en cómo sobrellevó la helada ese lazo de amor, pienso en que es mitad planta mitad metáfora...

Ya falta poco para llegar, ansío seguir leyendo a Baricco y ver qué pasará, si Hervé Joncour volverá a las tierras lejanas japonesas por esa mujer misteriosa o se quedará en el día a día, pienso una vez más cuántas veces el corazón desea pero la mente reprime, en que hay razones que desconoce y hay pasiones que hasta teme…

Y entre deseos que fluyen, veo el cartel verde.

Estoy llegando, se enciende la luz, estoy en casa.

Pienso, una vez más, que mientras tenga donde escribir, sea donde sea, estaré a salvo…

GGss

miércoles, 18 de agosto de 2010

Fiebre de Cine

...cómo navegar contra placa y marea el celuloide, y no morir en el intento!

4 días sin salir a la civilización

9 películas (y el menú más variado e imposible de la carta)


Jueves

Frozen River (2008)

La desesperación no tiene límites

En la reserva de Mohawk, entre la frontera de Nueva York y Quebec, Ray y Lila, dos mujeres y madres solteras, tienen un arriesgado plan para sobrevivir: entrar al mundo del contrabando a través de las aguas congeladas del Río St. Lawrence.

Con dos nominaciones al Oscar: mejor actriz principal (Melissa Leo), y guión original; y el Premio al Jurado como mejor película en Sundance, este film tan desolado como el mismísimo paisaje, me dejó una sensación parecida a la de Precious. Lazos fuertes en lugares de cartón. Soledad, incomprensión, desamparo, reflejados de una manera casi documental.

Consejo: verla un día frío pero sin fiebre ni malestar porque de lo contratio acrecentará las ganas de tirarse debajo de un camión!

Viernes

pico de fiebre y pico de cine rosa-trillado-previsible...en una palabra: pochoclero (digno de esos días en que la mente no tiene capacidad alguna)

Sweet Home Alabama (2002)

La legalmente rubia Melanie Smooter está a punto de convertirse en una diseñadora de modas famosa y esposa del hijo de la Alcaldesa de New York, pero un nudo sin desatar de su pasado la hará volver a su pueblo natal en Alabama.

La típica peli para ver cuando no hay otra cosa, la típica que ya sabés cómo va a terminar cuando ves directamente el poster...

Consejo: si lo tuyo es el cine que desperdicia rollos de celuloide, te sentirás home sweet home...

27 vestidos (2008)

Jane (Katherine "Grey's Anatomy" Heigl) está al horno: lleva su vida en una agenda que pierde, sale de madrina en cuanto casamiento la convocan pero nunca agarra el ramo ni la cinta, tiene problemas graves para decir que “no” y encima está enamorada secretamente de su jefe que la usa de “che piba” y se enamora de su fashion, insoportable, “la golpeo en cualquier momento” hermana. Pero en toda peli rosa hay un príncipe azul, aunque aparezca en el cuerpo de James Marsden....

Consejo: aunque con 27 cosas para criticarle, ponerse este vestido por lo menos divierte un poco…

17 otra vez (2009)

La típica del pibe que tomó la decisión equivocada en la adolescencia y se quiere redimir ya cuarentón de la mano de un viejo pelado que oficia de mediador entre su realidad y la "dimensión desconocida" (nunca habrá nadie como el ángel Clarence de Qué bello es vivir, obvio). Zac Efron no me cae pero le tomé cariño los últimos 5 minutos y Matthew Perry aunque lo intente sigue siendo Chandler Bing (igual no hubo mucho lugar a la comparación porque casi ni aparece).

Nuevamente el deja vú cinéfilo en escena…aunque cuando uno no tiene ganas de pensar es efectivo porque facilita procesos cerebrales.

Consejo: todo les va a parecer una cagada y de yapa, odiarán al tío Ned y sus mechitas!!!!

Bonus Track rescatable:

10 cosas que odio de ti (1999)

¿Quién no fue adolescente y añoró ir a una secundaria como Padua en Seattle, ser amiga de las hermanas Stratford y que Patrick Verona te cante a capella ♫You're Just Too Good To Be True ♫?

Esta película sobre historias de adolescentes no es cualquier película…quizás sean los actores (Heath Ledger, Julia Stiles y Joseph Gordon-Levitt, entre otros que después empezarían a verse por todos lados), quizás la música pegajosísima o quizás la historia misma (con claras referencias a La fierecilla domada de Shakespeare) de dos hermanas que sólo pueden salir si lo hacen las dos juntas, pero lo cierto es que uno no puede hacer más que adorar este film y volver a verlo una y otra vez!

Consejo: Los bárbaros, aquí están…disfruten viendo cómo arrasan con lo conocido!!!

Sábado

Carrie (1974)

La combinación perfecta de Stephen King y Brian De Palma hecha sangre!

Sissy Spacek ya prometía, Travolta ya apestaba (qué persona insoportable!!!) y De Palma ya homenajeaba a Hithcock de todos los modos posibles. Se complica describirla en pocas palabras (merecería un post entero), pero este film es una bocanada de aire fresco!

Abundan los guiños, la simbología, lo sublime, el color rojo sangre…(creo que entre Carrie y Scarface, De Palma gastó un tanque de 500 litros de sangre de chancho!)

Consejo: el que no la ve se pierde la intensidad y genialidad del montaje paralelo digno de algunos pocos genios, y a la madre de Carrie que manifiesta su enojo casi como excitación…se confunden en un momento!

Domingo

La tiendita del horror (1986)

Lo bizarro en estado purísimo!

Un musical de esos que vienen bien….Qué podía esperarse sino de Frank Oz, que juntó a Rick Moranis, una actriz parecida a Anabela Ascar (pobre Ellen Green), Steve Martin y cía, una planta asesina y una puesta en escena bien teatral.

Steve Martin como Orin el dentista es sólo una de las razones para no perdérsela... experiméntenlo ustedes mismos!

Consejo: sólo para freaks…

Los Expedientes Secreto X: Quiero creer (2008)

El voy y vengo está a la orden del día…y volvió de la mano de Don Trillado, congelado con nieve del estado de Virginia y Molder y Scully tratando de rehacer su vida (ella rodeada de pacientes, él de recortes de ovnis).

Con un típico argumento de película meramente comercial, sumado a un cura pedófilo que tiene visiones, unos rusos con ideas dementes, Amanda Peet haciendo de persona seria y un par de cabezas bajo el hielo, esta película es para los fans de la serie y para el que esté sin hacer nada un día domingo (como quien suscribe).

Consejo: quiero creer que no harán otra más!

Up (2009)

Esta peli animada es realmente “una aventura en altura”, que los llevará a pasear en globo por la tierra de los sueños, de esos que siempre anhelamos hacer, junto al viejito Carl Fredricksen, el tiernísimo (siempre y cuando sea vecino y no pariente), el perro latouriano Doug y pájaro Kevin.

Con los típicos contratiempos que pueden sucederse si uno ata la casa a un globo, este sinfín de situaciones dignas de risas y llantos sacará a flote el niño que todos llevamos dentro (bueno, a flor de piel!)...

Consejo: regálense dos horas en las tierras elevadas donde todo puede pasar!

Con este resumen pequeño y personal quería expresar, que aún en tierras afiebradas:

...no hay como el cielo de celuloide!

GGss