sábado, 25 de octubre de 2008

1er encuentro...un proceso productivo... ¿qué espera la Universidad de nosotros? ¿y nosotros de nosotros?


El pasado jueves debo reconocer que, a pesar de los días malos, raros, en fin, que vengo teniendo, llegué a mi casa con un poco de alegría.
Confieso que el estar todos sentados alrededor de esa gran mesa ovalada me recordó a una mezcla de algunas escenas de películas y a mis años de clases en la Cultural, cuando debíamos vernos sí o sí las caras… Pero este hecho de vernos, de mirarnos fue ya el primer elemento (por así decirlo) que hizo de la reunión del jueves algo distinto. El estar así ubicados, escuchando y escuchando, me dio tranquilidad, en el sentido de que sentí que no estoy sola en esto de la tesis/tesina, sino que todos somos parte de un proceso, que a su vez es parte de un proceso mayor al que todos los que estábamos ahí pertenecemos. Leyendo una entrevista hecha a Peter Sloterdijk, hubo una frase que me pareció descriptiva de la “situación experimental” del jueves: “Tú estás en ti y, a la vez, estás a tu lado, como testigo de ti. Es como si tuvieses un orificio en la cabeza por el que entra el otro”.
Esa idea de transitar juntos, aportar algún grano de arena, colaborar entre todos, compartir, en fin, “ser parte de un proceso y no de un producto”, como dijo Aníbal. Me encanta la palabra proceso, porque un proceso no es nunca finito, puede metamorfosear, y a la vez afectarnos, tocarnos de cerca.

Como la idea era que cada uno cuente su “situación tesística” acá va la mía:
El tema de mi tesina es “El discurso de posguerra en el neorrealismo italiano. A través del cine de Fellini”. Este tema parte de muchas cosas: mi amor por el cine (que ya no hace falta aclarar creo jeje), pero más aún, mi interés por el cine y la historia, es decir, cómo el cine lee los acontecimientos históricos, como los expresa, cómo cada visión de la realidad de cada director está afectada por su experiencia, por su mundo, por la construcción que hace de éste. Acotar el tema me fue difícil, pero finalmente elegí el neorrealismo, quizás, influenciada por mi propia historia familiar ligada a la Segunda Guerra, a las costumbres italianas, en fin, a todo lo que veo y reconozco en los films italianos (confieso que me faltan ver toneladas de neorrealistas). Y encuentro en el cine de Federico Fellini un lenguaje particular que me atrae (y eso que vi unos pocos films) y que quiero analizar, también por el hecho de que cuando se habla de neorrealismo muy habitualmente se pasa por alto a este director, así que me pareció la oportunidad para empezar por acá.
Además, hay algo fundamental para mí en todo este proceso y es que me dí cuenta que me encanta investigar sobre cine…por eso de acá en adelante veré hacia donde me lleva la tesina, porque para mí, más que un "trabajo más", más que algo que “hay que hacer…sacárselo de encima”, es un comienzo.
Al igual que a Natasha, me pasó que venía todo bien, avanzar + avanzar + avanzar, y ahora Sandra me mandó a hablar con Biselli. Yo lo quería abordar desde Paolo Fabri, pero ahora recibí face to face un “y no se eh…??”, así que lo que rescato hasta ahora es: avanzar = no avanzar una m…. No me quiero explayar además en el hecho de que me metí con el análisis discursivo-semiótico…que me gusta, pero me cuesta. Siempre termino en lo difícil, ¿será que los seres humanos somos complicados?

Obviamente que, de haber tenido que explicar mi situación oralmente no hubiese sido tan específica, tengo algunos problemas para expresarme correctamente ante mucha gente, por eso me refugio en la escritura, así que espero que este proceso sea próspero para que cada uno pueda trabajar sus debilidades y así ir transformándolas en el camino.
En mi caso será eso, devenir un ser menos outsider.
Este fue mi primer acercamiendo, o lectura del primer encuentro...sería buenísimo que cada uno exponga la suya y compartir así miradas diferentes...
GGss

miércoles, 15 de octubre de 2008

Un chapuzón por la Siberia...

"El conocimiento sin transformación no es sabiduría"
Fragmento de Brida


Me encuentro en una instancia de mi vida en que estoy haciendo tantas cosas juntas al mismo tiempo que necesito un respiro, y qué mejor que ponerme a escribir
Renegando con el proyecto de tesis, con el marco teórico más precisamente, estoy viviendo una situación de casi desesperación. Entre Fabri, Eco, Barthes, Wittgestein, los teóricos del cine, me siento inmersa en una especie de realidad surrealista donde no sé para donde ir, porque todo es raro, loco, complicado pero interesante y atractivo, como en los cuadros de Dalí. Estando en esta situación, no encontré mejor cosa que ponerme a recordar todo lo que ha venido pasando…la culpa la tienen Vane y Marufes, que empezaron esta movida.

Tantos teóricos han pasado por esta carrera, es decir forman parte de ella, y en consecuencia de mi vida, que llegando a casi el fin del camino ya no sé si sé o no sé, o se poco o no se nada. De lo único que estoy segura, es de que, en esta instancia, por primera vez puedo decir que me siento orgullosa, contenta de mi elección, porque más que una carrera (como dije en mi primer post) Comunicación es sobretodo, una forma de vida.
¿Qué hubiera sido de mí de haber seguido Ciencias Económicas? (quería ser Contadora como mi tía jeje). Me mantuve firme hasta cuarto año del secundario, cuando la profesora Lili me preguntó qué era lo que más me gustaba hacer; al responderle “escribir e investigar mucho” ella me dijo sin titubear: “entonces tenés que seguir Comunicación Social”. Obvio, en ese entonces no conocía mucho el asunto, pero el giro en el camino se dio cuando en una charla a la que asistí, un chico que era estudiante en ese entonces dijo: “Para estudiar esta carrera hay un requisito fundamental: ser curioso. Fue ahí que dije: I’m in!!!
Después claro, vendrían las anécdotas, las clases, el todo facultativo que uno recordará para siempre… Los profes que pasaron, y los que quedarán para siempre en mi memoria: Male, Sergio Naymark, Norma Valentino, Sandra Valdettaro, el Chino, el Toto, Zulema Morresi, Daniel Brighet, Mauricio Mayol… en fin, gente que siempre recordaré como aquellos que no necesitaban ponerse un escalón más arriba para demostrar nada, los más simples, pero creo de muchos de ellos, los más sabios.
También están los amigos, los que siguieron de largo y los que pasaron a formar parte de mi diégesis. Personas con las que compartí miles de locuras: con Ana Clara los primeros años, eso sí que era estar horas estudiando (Ana ya se recibió, pero aún extraño nuestros días por la facu, cuando llevábamos el mate y chusmeábamos tanto tanto, o cuando me iba a estudiar a Arroyito), también están Cele, Chicho, Noel, Juani, Nati, Guilla, Vane. Cuántas cosas han pasado: asados, pizzas libres, empanadas, noches en Maddalena, chocolatadas, filmaciones eternas, conferencias, domingos en Zavalla, viernes de pelis, idas al teatro, al cine, la última fue quedarnos sin luz en plena clase, e ir todos a la parada del cole "como una gran familia" ja.


Cómo olvidar tantas idas y venidas, tantas dudas y tan pocas certezas, tantos viajes (he ido y venido y vuelto a ir y venir de Zavalla en el día), tantas jornadas enteras en la Siberia, ese país en el cual todos, bueno su gran mayoría, van sin saber bien a qué, pero con un objetivo seguro: afectarse.
Sí, este país enclavado bien al este, al lado del Paraná que nos mira, nos ha enseñado tantas cosas.
Al comienzo, allá por el 2002, reconozco que era una mezcla de (para los que vieron y aman a Friends) Rachel (nena de papá, algo malcriada), y Mónica (obsesiva, perfeccionista, trastornada y egocéntrica), pero después de tantos años, me he ido transformando día a día. En ningún momento fui igual que el día anterior, mi escencia siguió latente pero mi “identidad” fue metamorfoseando; me fui dejando afectar por seres, situaciones, emociones, profesores, autores, veredas, bares, apuntes… sería infinito. Lo que no cambió pero sí se volvió gigante fue mi locura… qué se le va a hacer.
Para finalizar (es imposible no extenderme con este tópico), quiero mencionar algo que me pasó hace poco: una amiga me acompañó a la facu a entregar un trabajo, y al llegar lo primero que dijo fue, “qué horror esta facultad, me siento como sapo de otro pozo”. En ese momento la miré y no le dije nada, pero internamente pensé, “yo no, yo no me siento sapo, mas bien me siento como un pez en el agua, en mi agua, en un agua que ha hecho tanto por mí persona, un agua que me ha enseñado a nadar”.
El agua de un gran río, parecido al Paraná pero más extenso, que me ha dado muchas lecciones… Dos marcaron el cristal con el que veo la vida y lo que en ella sucede: nunca, jamás hay una sola verdad, y hay que luchar por establecer muchas diferencias; y la otra: cada persona es única y especial y aceptar a cada uno como es nos hace mejores personas.
Creo que en estos años he aprendido a comprender un poco más al mundo y quizás, en consecuencia, a mí misma…
Como dice Frank Sinatra: río siberiano-facultativo, “te llevo bajo mi piel”.

GGss

lunes, 13 de octubre de 2008

Zavalla y sus no-humanos

¿Qué le ofrece al viajero un pueblo tan venido abajo como Zavalla?
No-humanos… sí, un sinfín de no-humanos.

Mucho (no tanto) se ha dicho sobre este pueblo enclavado en los bordes de la ruta 33 que muchos confunden con Pérez, un pueblo que ha crecido con el ferrocarril, un semillero de gente de otros pueblos que llegaron hasta aquí en busca de trabajo y un lugar tranquilo para vivir. Un lugar en el que pasé todos los fines de semanas de mi niñez, y al que me costó diez años adaptarme, pero que a su vez me regaló a una gran amiga y al amor de mi vida.
Tanto mis abuelos paternos como maternos han llegado de otras partes: los primeros (Mario y Velia), luego de inmigrar al país y vivir en lugares tan disímiles como Pueblo Nuevo (Tierra del Fuego), Jáuregui (Partido de Luján – Bs. As) y Córdoba Capital, finalmente se instalaron en el lugar; mientras que por parte de mis abuelos maternos, Danilo era el único zavallense, pero trabajando “con las máquinas” en Alcorta, conoció a mi abuela Enri y se la trajo para acá. Así que por una razón u otra, todos terminaron en este pueblo tan raro por momentos, pero tan cálido, que le hace honor al dicho local “vayas donde vayas, no hay como Zavalla”.
El “Las Vegas” de la zona parece ser un lugar que se destaca de las localidades vecinas por su eterno barullo…casi nunca hay silencio en Zavalla, siempre hay un camión, auto, moto, perro, o persona que se hace sentir a viva voz.
Pero vamos al tema de los no-humanos.
Ya desde el vamos un cartel verde recibe al visitante, que a unos metros ya encontrará los primeros asentamientos (industriales y no tanto); más adelante, los queridos silos, un grupo en la curva de entrada y otros más al final (estos últimos son parte de la geografía cotidiana de mi ventana). Uno se acostumbra tanto al sonido de estos no-humanos que cuando dejan de funcionar se siente casi un vacío existencial. Son como una compañía, al igual que el tren, que pasa y pasa, muchas veces al día.
Capítulo aparte merecen los pozos y baches que hace tanto que están que ya tienen vida propia, les falta hablar…aunque creo que lo hacen a su manera. No hay calle zavallense que no posea uno, son una postal. Tengamos en cuenta que no todas las calles están asfaltadas…así que en el “mejorado” y en las calles de tierra es más fácil que se haga un pozo y se llene de agua cuando llueve.
No quiero ponerme política, pero la monarquía reinante hace más o menos 10 años (perdí la cuenta) ha hecho de este lugar una especie de potrero. “Tierra de nadie”, “barrio chino”, “zona liberada” son los nombres que reciben algunos lugares en los que han ocurrido robos en los últimos meses. Hay una sensación de amargura e impotencia en los vecinos, quienes dicen “ya no conocer a nadie”... Gente nueva ha estado viniendo a estas latitudes... ¡¡¡el dicho popular ha surtido efecto!!!
Es que: ¿cómo resistirse a semejante pecado?, porque al igual que Las Vegas ésta es efectivamente la ciudad (pueblo) del pecado: no robarás, no desearás a la mujer de tu prójimo… no molestarás a tus vecinos con los escapes ruidosos de las motos, no ensuciarás las calles y plazas, no harás oídos sordos a los llamados de la gente a la comisaría, no dejarás perros sueltos que muerden a los más viejitos, no te quedarás con tantos bienes de otros, no te aprovecharás de tu cargo autoritariamente (porque eres peor que un ñoqui, eres una papa verde)…en fin, tantos pecados que atañen a tantos, pero, como dijo Jesús, “el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”… Una gran piedra quisiera arrojarle a toda la cúpula comunal.
Ya cerrando, además de otras instituciones formadas por una hibridación entre humanos y no-humanos que son una postal de este lugar (la Iglesia, el correo, los bomberos –que han apagado tantos incendios estos meses de sequía- LALCEC, el club – tan venido a menos-, la Sociedad Italiana –que, entre otros, hizo venir a menos al club-) quiero mencionar el “Parque Villarino”, lugar donado por los Villarino, gente que ha sido fundamental en los primeros pasos de Zavalla. Este parque (que fuera en su época decorado en gran parte por expertos venidos de Francia) alberga a la
Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N.R; puede que al llegar se la confundan con el campus de la Universidad de British Columbia, pero no, es bien de acá… Es simplemente maravillosa.

El Parque Villarino es una pieza fundamental de Zavalla, lugar clave para la celebración del día de la primavera, espacio de ocio y ejercitación de todo tipo, y más personalmente, lugar que obra de set de filmación, espacio para llevar a Guilla a manejar, para tomar mates con ella y Vane, y como futura locación del proyecto de CosaNostra. Es un lugar único, habitado por infinidad de especies arbóreas, pero sobretodo, un lugar rodeado de un halo místico… hay que visitarlo, caminar sus angostos caminos arbolados para presenciar lo majestuoso. Vanesa lo compara con un paisaje burteano

y a Guilla le gusta fotografiarse con las vacas...

Yo, por mi parte, además de ser picada por avispas de vez en cuando o avistar alguna que otra iguana, cada vez que voy, respiro hondo y digo: esto es vida.

Finalmente, no teoricé nada sobre no-humanos, pero después de sin querer contar un poco sobre este pueblo, puedo decir que, a lo largo del tiempo, me pasó con Zavalla algo parecido que con los "artefactos" latourianos: la negación se terminó convirtiendo en resignación.
Una resignación que, de todas maneras, hace que cada vez que me subo a la Metro y empiezo a sentir el aire más fresco y el olor del campo… me sienta en casa.


GGss

Para más info sobre el Parque Villarino y la Faculta de Cs. Agrarias, no dejes de pispear este blog con muchas fotos!

lunes, 6 de octubre de 2008

Carnivale... ¡no lo dejes ir!


Para los que no tuvieron oportunidad de verlo, llega Carnivale, la fabulosa serie de HBO que ahora transmite I-sat todos los domingos a las 22 hs. El primer capítulo, “Milfay” se emitió este último domingo (confieso que me enteré tarde de su re-transmisión, sino avisaba con anticipación).
La cinta se centra en la post-depresión estadounidense del 29. Carnivale es el nombre del show montado por un gran e interesante grupo de freaks, que van por todos los pequeños pueblos nacientes del sur de California. Dos historias se dan cita en este escenario: la de Ben Hawkins, un joven con poderes extraordinarios que le generan culpa y confusión y que empezará a descubrir y descubrirse poco a poco cuando se una a Carnivale, y el Hermano Justin Crowe, un pastor metodista que vive con su hermana Iris en California, y quien, al igual que Ben, posee extraños poderes (que cree utilizar para el bien de su iglesia). El hermano Justin comparte los bizarros sueños de Ben, pero ignora completamente su existencia.



En cada capítulo se van develando más y más pistas sobre Ben y Justin, y sobre otros personajes que en conjunto armarán un gran rompecabezas, por lo que se hace necesario no perderle atención a ningún mínimo detalle.
Muchos críticos dicen que Carnivale tiene mucho de Twin Peaks, así que no hace falta decir mucho más… bueno si, que Michael Anderson (el queridísimo y "pequeño” Samson), también actuó en la serie dirigida por David Lynch.
La ambientación de la época gracias a la fotografía de una calidad artística sublime y el vestuario y los decorados “soberbios” como diría Feinmann, le dan un brillo estético memorable, que por momentos roza el surrealismo. En cuanto a las performances, todos le aportan un toque mágico a esta serie, pero sin duda se destacan Michael Anderson (Samson), Clancy Brown (Brother Justin Crowe) y Amy Madigan (Iris), aunque párrafo aparte merece Nick Stahl (Ben Hawkins), un actor que puede interpretar cualquier papel sobre la tierra de la manera más atrevida posible (aunque algunos digan que "esconde algo").
Todo este combo hace de Carnivale un producto televisivo inédito por el que vale la pena, aunque sea, echar un vistazo. No viene mal recordar que actualmente la oferta de ideas está tan en picada como las finanzas, y el hecho de que se repita una masterpiece como esta (yo diría: un todo-cinematográfico) es de celebrar.
Así que los fanáticos de las que llamo “series puzzle” al estilo Lost, seguramente disfrutarán esta gran historia, ya de culto, de 24 capítulos (12 cada temporada).
Yo les doy un consejo: hagan como Ben, y súbanse a la caravana de Carnivale...

¡ NO SE LA PIERDAN !


GGss