viernes, 24 de diciembre de 2010

El mesías Potter y la e-lección de NaVIDAd

"Each man's life touches so many other lives" Angel Clarence

("Qué bello es vivir!" - 1946)

Siempre consideré a la Navidad como un instante divino de reflexión más que de reflexión divina.

Esta semana de diciembre, calurosa, sudorosa, pegajosa, laboriosa, se me hizo difícil tratar de poner en palabras lo que se me iba pasando por la cabeza. Entre lo cotidiano y lo que pasa más allá de casa, entre el hacer y el deber hacer, entre lo que pasa dentro de los muros de este territorio hermoso y adictivo que algunos llamamos país y lo que se intenta comunicar teñido de color amarillo, ayer tuve un pequeño instante.

Atareada por los demonios nuestros de cada día, intentando ponerle onda al clima, con el cuero rostizado y algo triste por el deceso de varias plantas gracias a la capa de ozono, tuve un momento. Me sumergí en el que de ahora en más llamaré "my little (very little) paradise", en un rinconcito del patio, durazno bastante verde en mano y con los pies en el agua. Elevada desde la colchoneta inflable, recostada sobre mi pequeño placer burgués, mirando las nubes que iban llegando al baile (para brindarnos posteriormente un alivio), y con el sólo sonido de la naturaleza y las risas de mi vecino de 10 años del otro lado del tapial, me puse a pensar.Y el pensamiento genera más pensamiento, y más pensamiento genera divague, y el divague de diciembre siempre es bastante cursi.

En ese movimiento neuronal me puse a pensar que el mesías, aquél que llegó para salvarnos, nació también y hace no tanto en el valle de Gondric. Fue muy esperado, fruto del amor de James y Lily. El no sabría que sería especial hasta 11 años después. Llevaba también un gran estigma, tenía la forma de rayo y estaba en su frente. Pero este mesías, aunque renegó de ese aura que habían instalado sobre su cabeza y espalda, nunca se aprovechó de ella. Muy al contrario, siempre estuvo al lado de los más necesitados de todos los tipos de bienes: materiales y emocionales, incluso defendió con su propia vida a los “sangre sucia”, los impuros, los que muchos no querían admitir muros adentro y varios hubieran apedreado.

En el camino tendría que llevar muchas cruces, la mayor de todas: vivir con los Dursley’s, los peores muggles de la historia. Tendría que enfrentarse al Innombrable (de los mil nombres): el Señor Tenebroso/el Señor Oscuro/Tom Marvolo Riddle/Lord Voldemort, quien había querido matarlo tiempo atrás. Pero Voldemort representaba un reto cotidiano, era su propio demonio. Eran parecidos, compartían varias aptitudes...

Este niño sensible y por momentos inocente, se iría abriendo camino por el sendero de la vida. Aprendiendo de la experiencia constante, metiéndose en muchos problemas, golpeándose una y otra vez contra la pared. Pero aprendería en poco tiempo la lección más grande de todos los tiempos: que como decía Christopher McCandless “happiness is real only when shared”.

Ese pequeño gesto que se transformaría en vivencia, que se transformaría en forma de vida, que se transformaría en consejo y que se transformaría en legado, empezaría a llegar a cualquier muggle que de este lado tuviera el tiempo y las ganas de compartir su tiempo, vida y locura con este niño.

Su enseñanza para la eternidad sería no sólo que vivió por el amor de Lily y James que desplegaron sobre él esa noche de Halloween, sino que, como le dijo el angel Clarence a George Bailey en ¡Qué bello es vivir!, nadie jamás fracasa si tiene amigos. Y entonces la amistad, valioso tesoro, es “ese ama a tu prójimo como a ti mismo”, y entonces creo que ahí está la navidad, en ese intento de re-nacer de nuestras propias cenizas, como Fawkes el ave fenix de Dumbledore, para ser mejores. Y si soy mejor con otros, en ese intercambio seguro alguno bueno surgirá. Este niño, más allá de lo que llevaba sobre sus hombros, no sería nada sin Ron, Hermione, Neville, Seamus, Sirious, Remus, Dumbledore, Minerva, Hagrid “el sucio”, Dobby el elfo, y la grande-especial-numerosa-grossa-humilde-cómica-colorida-grandiosa familia Weasley, los más fascinantes magos de la comarca, esos seres de pelo colorado que cualquiera pagaría para tener de parientes (o por lo menos quien suscribe).

Después de todo, podemos ser o intentar ser lo que querramos, podemos luchar con nuestros propios Voldemorts, podemos acarrear mitos fundantes sobre nuestras espaldas, pero lo más importante, retomando a Dumbledore es que: "no son nuestras habilidades las que definen lo que somos...son nuestras elecciones".

Qué importa el clima, los regalos, el árbol, qué importan los ritos y las comidas hasta empacharse, si lo que importan son las elecciones, lo que nos define, lo que llena y va escribiendo el libro de nuestra vida. Acá otra escena, esta vez un regalo (con la respectiva traducción más abajo) de Woody con amor:

“Todos nos enfrentamos en nuestras vidas con decisiones agonizantes, elecciones morales. Algunas son a gran escala, la mayoría de estas son inferiores, pero nos definimos según las elecciones que hacemos. De hecho somos la suma de nuestras elecciones.

Los eventos se desarrollan tan impredeciblemente, tan injustamente.

La alegría humana parece no haberse incluido en el diseño de la creación. Solo nosotros, con nuestra capacidad para amar le damos sentido al universo indiferente.

Y aún así, la mayoría de los seres humanos parecen tener la habilidad de seguir intentando, e incluso encontrar placer en la cosas simples, como su familia, su trabajo, y en la esperanza de que las próximas generaciones quizás entiendan más”

(Crimes and Misdemeanors - Woody Allen - 1989)

Avisé que estaba cursi.... Sepan disculpar.

Feliz re-nacer

Feliz elegir

Feliz amar lo que somos

Feliz amar a TODOS los otros

Feliz AMAR-nos

Feliz Navidad

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ !!!!!!!!!!!!!!!!




GGss

2 comentarios:

vanemaz dijo...

simplemente... feliz Navidad!

Anónimo dijo...

Súmome al anterior.