Odia los celulares, en su empresa prefiere la relación face-to-face con clientes y demás, le gustaba guardar diapositivas, los fines de semana escucha su música en su very-antique tocadiscos, es filatelista desde hace más de cincuenta años e indaga casi todos los domingos en la feria retro por más y más estampillas antiguas, le encanta la cajanegrización pero de no-humanos más bien antiguos, al igual que la hija, ansió alguna vez con ser arqueólogo y con vivir en otras época, quizás para comprender muchas locuras resultantes de la era actual.
Él es Luciano, apocalíptico hasta la médula, resignado pero casi contento de tener que hibridarse actualmente con el aparato más revolucionario de los últimos tiempos: la PC. Una tarea que no fue nada fácil… Después de una negación que duró años (y por la que culpaba a la gente que no le dedicaba tiempo para sentarse con él a explicarle), y de un paso trunco por un curso de computación para principiantes que abandonó al mes, y después de repetir y repetir que quería intentar entender qué es lo que hay de raro en esa cosa cuadrada, que conecta a cada ser humano con la humanidad, que divierte a algunos, satura a otros, descoloca a muchos y vuelve locos a varios, por fin una tarde se sentó frente a ella, y quizás puso la misma cara que un turista que ve por primera vez la inmensidad de la Torre Eiffel (mirando desde la base hacia arriba).
La primera impresión para las hijas fue: lo perdimos, igual que cuando se sentó por primera vez ante la Family Game y nunca más nos dejó jugar, o como cuando a una amiga le pusieron banda ancha, o cuando me regalaron los capítulos de Friends, o la trilogía del Padrino… Pero no, el encuentro tuvo otra intensidad, más leve, más cotidiana tal vez, ya que Luci se ha estado hibridando de a poco, se ha tomado su tiempo el hombre, ya no es como en los 90…está más rodeado (según él, más acorralado).
En resumen, se pasa cada tardecita o noche después de la cena enfrente de la Señora Pc, tratando de ganarle al solitario Mahjongg, sintiendo que, en el fondo, un no-humano (de los más posmodernos) lo puede. Por ahora sólo es el solitario, una especie de iniciación en el rito computatoriano, pero más adelante, quien dice, sea la utilización de alguna de las tantísimas funciones de este organismo tecnológico. Por algo se empieza…de última, y por poner un ejemplo, un cinéfilo no empieza su vida en el séptimo arte por 8 ½, Gritos y susurros o Metrópolis…
Papá me había iniciado en el apocalipsis más radical, él había sido mi principal mentor en esto del odio a los “juguetes tecnológicos”, como diría Ray Bradbury. El tiempo lo fue hibridando, él fue deviniendo un poquito más integrado, y yo quizás esté siguiendo el mismo camino.
El cine, lo tano, la arqueología, el amor por pintar al óleo, el vino tinto, 007, el humor de Mafalda, la claustrofobia, el río y el mar, la pesca…el apocalipsis entre integrado y gataflorista…
Y a él también le gusta “Terminator”… ¿casualidad o causalidad?
Él es Luciano, apocalíptico hasta la médula, resignado pero casi contento de tener que hibridarse actualmente con el aparato más revolucionario de los últimos tiempos: la PC. Una tarea que no fue nada fácil… Después de una negación que duró años (y por la que culpaba a la gente que no le dedicaba tiempo para sentarse con él a explicarle), y de un paso trunco por un curso de computación para principiantes que abandonó al mes, y después de repetir y repetir que quería intentar entender qué es lo que hay de raro en esa cosa cuadrada, que conecta a cada ser humano con la humanidad, que divierte a algunos, satura a otros, descoloca a muchos y vuelve locos a varios, por fin una tarde se sentó frente a ella, y quizás puso la misma cara que un turista que ve por primera vez la inmensidad de la Torre Eiffel (mirando desde la base hacia arriba).
La primera impresión para las hijas fue: lo perdimos, igual que cuando se sentó por primera vez ante la Family Game y nunca más nos dejó jugar, o como cuando a una amiga le pusieron banda ancha, o cuando me regalaron los capítulos de Friends, o la trilogía del Padrino… Pero no, el encuentro tuvo otra intensidad, más leve, más cotidiana tal vez, ya que Luci se ha estado hibridando de a poco, se ha tomado su tiempo el hombre, ya no es como en los 90…está más rodeado (según él, más acorralado).
En resumen, se pasa cada tardecita o noche después de la cena enfrente de la Señora Pc, tratando de ganarle al solitario Mahjongg, sintiendo que, en el fondo, un no-humano (de los más posmodernos) lo puede. Por ahora sólo es el solitario, una especie de iniciación en el rito computatoriano, pero más adelante, quien dice, sea la utilización de alguna de las tantísimas funciones de este organismo tecnológico. Por algo se empieza…de última, y por poner un ejemplo, un cinéfilo no empieza su vida en el séptimo arte por 8 ½, Gritos y susurros o Metrópolis…
Papá me había iniciado en el apocalipsis más radical, él había sido mi principal mentor en esto del odio a los “juguetes tecnológicos”, como diría Ray Bradbury. El tiempo lo fue hibridando, él fue deviniendo un poquito más integrado, y yo quizás esté siguiendo el mismo camino.
El cine, lo tano, la arqueología, el amor por pintar al óleo, el vino tinto, 007, el humor de Mafalda, la claustrofobia, el río y el mar, la pesca…el apocalipsis entre integrado y gataflorista…
Y a él también le gusta “Terminator”… ¿casualidad o causalidad?
Luci y la primera Mrs. Pc que llegó a nuestro hogar...hoy ya convertida en una pieza de la tercera edad, especializada en principiantes: los progenitores.
GGss
1 comentario:
cuanta verdad hay en las palabras de arriba, y sigo afirmando que si intercambiamos a nuestros padres no nos vamos a dar cuenta y esto no lo dijo solamente porque ambos son italianos!!!
en nuestra generacion todos comenzamos con el solitario, el paintbrush o la amada tortuguita... pero actualmente todos somos un poco analfabetos tecnologicos cuando se nos da un nuevo programa o aparato (pensa en el celular o en la camara... lo que si es cierto que a ellos les cuesta un poco mas, sera por cansancio o falta de paciencia, o hasta miedo, pero a la nueva generacion no le cuesta para nada... como ejemplo de ello puedo presentar a mi sobrinita de 15 meses, quien ya maneja la tele, y esta aprendiedo a controlar el raton en la maquina (se mira la mano y despues sigue el cursor, increiblllleeee!!!!!!) a ellos esta hibridacion no les cueta para nada
pensar que dentro de unos años vamos a ser nosotros los que vamos a quedar (no en la misma manera) atrasados en cierta forma, y seran ellos los que nos van a "ayudar" a utilizarla... o no nos tendran paciencia (chan!)
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