sábado, 27 de septiembre de 2008

Se fue otra pieza...

“Lo atractivo se va achicando y la belleza se desvanece, pero estar casada con un hombre que te hace reír cada día, eso sí que es un verdadero placer”
Joanne Woodward

Qué se puede decir cuando un sábado caluroso y soleado se nubla de golpe con esta mala noticia. Qué decir cuando una vez más el cine se queda sin un personaje entrañable. Qué decir cuando otra vez me encuentro escribiendo un homenaje, digamos que mi homenaje a uno de mis amores platónicos, a uno de esos amores que me dio el cine, responsable de que tantas veces haya querido nacer en la década del veinte…y no en los ochenta.
El es Paul Newman.


Cómo hacer para seguir teniendo esperanzas cuando en esta industria, en este arte, como en la vida misma, los mejores se van antes, generándonos una sensación de vacío. Porque, aunque el cine siga estando, aunque las películas se repitan, aunque sean fotogramas repetidos e inmortales, hay presencias que se sienten más allá.
Seguramente los medios contarán de su larga carrera, de su gusto por el automovilismo y su ser bondadoso, de sus tantas nominaciones al Oscar que ganó sólo en una oportunidad (si algo se aprende en el “oficio” de mirar películas y amar al cine, es que nunca hay que dejarse llevar por las elecciones de la Academia…nunca ganan los que se lo merecen). Pero hay otras cosas que me interesa destacar.
Fue un gran defensor de causas perdidas, ayudó incansablemente, aportó una playa entera de granos de arena. Fundó en memoria de su hijo la “Fundación Scott Newman”, destinada a ayudar a adictos a las drogas, además de los campamentos de verano “Hole in the Wall Camp”, para niños con enfermedades graves, donde utilizan la diversión y la sonrisa como medicina. Desde que comenzó con esta actividad más de 114.000 niños pasaron por allí. También creó la línea de alimentos ecológicos “Newman’s Own” cuyos fondos se destinan enteramente a obras de caridad.
Aún en un mundo tan degradado, descartable y desagradable como el del Hollywood, mantuvo a su familia como valor supremo, así vivió y así elegió morir: rodeado de ellos. En un capítulo de Friends recuerdo que Chandler (mi preferido), al escaparse horas antes de casarse con Mónica, dice como argumento en contra del matrimonio: “La única persona que hace que el matrimonio funcione es Paul Newman, y yo me conozco…no soy Paul Newman”. Además de esos ojos azules que marcaron una historia, quizás siempre lo adoré por ese gran don que muy pocos logran, y que es estar tanto tiempo con la misma persona (más de 50 años de matrimonio), comprometerse por eso y afrontar lo bueno y lo malo. Muy pocos lo han logrado en el mundo del cine… Fellini, Hitchcock y Paul… son lo que recuerdo. No es casualidad que mi aprecio por ellos se engrandezca y los engrandezca. Puede parecer cursilería barata o puritanismo, ya que muchos afirman que el ser humano es poligámico por naturaleza, puede que sea cierto, pero aún así aprecio muchísimo a alguien que puede llegar a construir un lazo tan fuerte con la otra persona. La misma Joanne Woodward, su compañera y amor de su vida, fue quien acompañó de la mano a Paul en su última salida del hospital...su vida comenzaba a apagarse, pero no su amor.


Por eso, mi querido Paul Ojitos Azules Newman, como ya tantos otros personajes, piezas de rompecabezas de este mundo alucinante que es el cine, como Humphrey, Glenn Ford, William Holden, como todos esos “galanes” que hacen que elija el cine más viejito, que me ponen en el ojo de la tormenta a la hora de enfrentar las cargadas habituales, pero que me hacen tan feliz, quiero decirte que siempre formarás una parte de mi diégesis.

Lo que siempre pienso en estos momentos, y que es una especie de “auto-tranquilización” al miedo a la muerte que nos atraviesa a todos (por algo me encanta el cine de Woody), es que, si existe un “más allá”, sea arriba o abajo, rodeado de flores y arroyitos, o con plantaciones de espinas, claro u oscuro, de día o de noche, o todo eso junto o la nada, sólo espero que llegado ese momento me encuentre con todos ustedes para hablar de tantas cosas que ahora nos les puedo preguntar. Sé que en algún lugar hablaremos mucho de cine, quizás algunos quieran descansar…de lo que estoy segura es de que en lo que a mí respecta, nunca me voy a cansar del cine.

GGss

2 comentarios:

vanemaz dijo...

Como mi querido Pepito le dijera a a su madre, Paul Ojitos azules "se fue de gira"...

una de las grandes virtudes del cine, es que deja para siempre quemado en el celuloide a nuestros actores y actrices mas queridos y respetados...

no soy una gran admiradora de este americano, pero fue respetado por sus colegas... asi que merecido homenaje...

"Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo." Platon

PRUDENCE ! dijo...

muy buen homoneje ! es mi amor platonico ! muy lindo el blog!